Descartan que el Estado reflote el submarino

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El ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, aseguró ayer que “el Estado no cuenta con los recursos” para poder disponer que se reflote el ARA San Juan, luego de su hallazgo a 907 metros de profundidad en el Atlántico sur y a unos 500 kilómetros de Comodoro Rivadavia, por parte de la firma Ocean Infinity, a pocos días de haberse cumplido un año de la desaparición del buque.

“Respecto a la decisión de reflotarlo o no, tiene que ver con la disponibilidad de las herramientas y las chances reales del Estado de asumir ese desafío. El Estado no cuenta con esos recursos y, por lo que leí, la Justicia entiende que la investigación se puede hacer igualmente sin reflotar el submarino”, aseveró ayer al mediodía el titular de la cartera política.

En declaraciones formuladas en el Centro de Exposiciones de la ciudad de Buenos Aires, en el barrio porteño de Recoleta, Frigerio subrayó que “las responsabilidades respecto de lo que pasó con el ARA San Juan las tiene que determinar la Justicia”.

En este marco, expresó su confianza en que “en algún momento se conozca quiénes han sido los responsables” de lo sucedido, e indicó que eso es algo que se espera, “no sólo desde el Estado, sino también desde los familiares” de los 44 tripulantes del submarino.

En tanto, el obispo castrense monseñor Santiago Olivera, presidió ayer una misa por el eterno descanso de los 44 tripulantes del ARA San Juan.

“Hoy celebramos la misa por estos 44 hermanos nuestros. Pero celebramos dando gracias porque apareció el submarino ARA San Juan, hemos tenido la gracia de compartir con algunos lo que significaba la incertidumbre, el dolor”, dijo el prelado en la homilía.

La misa fue celebrada en la catedral castrense Stella Maris, de Buenos Aires, con la presencia, entre otros, del jefe del Estado Mayor General de la Armada, José Luis Villán, y de representantes de otras fuerzas militares y de seguridad.

Olivera sostuvo que la aparición de los restos del submarino, hundido a 907 metros de profundidad en el Atlántico, a 500 kilómetros de la costa argentina, abre ahora “la posibilidad de la verdad y de justicia”.

“Por eso damos gracias a Dios. Porque es un camino también que nos abre la posibilidad del cierre, de hacer duelo”, expresó.

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