El femicidio de Marisol Oyhanart, la maestra jardinera que salió a correr y terminó muerta

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En Saladillo, el macabro crimen de Roberto Domínguez refrescó la memoria de muchos lugareños, que recordaron a otro caso misterioso y trágico: el de Marisol Oyhanart.

Ese femicidio, que continúa impune, dejó a tres hijos huérfanos de madre.

Según consta en el informe de la pesquisa, el hecho tuvo lugar en la tarde del 14 de abril de 2014, cuando la mujer de 38 años salió de su casa para ir a correr.

Como Oyhanart no regresaba, ese mismo día su esposo radicó la denuncia y, poco después, las autoridades dieron inicio a la búsqueda, que se interrumpió en la madrugada y se retomó durante la mañana.

En la jornada siguiente, el cuerpo sin vida de la mujer fue descubierto en un sector que había sido rastrillado la noche anterior.

Esa circunstancia dio origen a una hipótesis que señalaba a un grupo de policías locales como encubridores: se creía que habían alertado al responsable de haberla secuestrado del lugar en el que se realizaban los rastrillajes.

La presunción era que los sospechosos -un vendedor de drogas de la zona y un enfermero- trasladaron al Oyhanart desde una casa hasta el terreno donde sería hallado horas más tarde.

La autopsia determinó que la maestra jardinera fue asesinada entre las 21 del 14 de abril y las 3 del día siguiente.

En dos oportunidades, una testigo refirió que su novio la había llevado a la vivienda del enfermero y allí vio a la víctima en una camilla. Dos hombres intentaban reanimarla. A pesar de ésa y otras pruebas recabadas, todavía no hay imputados por el crimen.

Pasaron cuatro años del hecho. En Saladillo ya no se realizan marchas por el esclarecimiento de un femicidio que, como tantos otros de la Provincia, permanece impune.

 

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