El Teatro Coliseo se vistió de gala para distinguir a los mejores alumnos de la Ciudad

Los secundarios recibieron el premio Pedro Palacios. Los de la modalidad Adultos, el Dardo Rocha. Y los de la UNLP el Joaquín V. González

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El Teatro Coliseo Podestá, a mediados de diciembre, siempre se viste de fiesta para homenajear a los alumnos más destacados de la Ciudad. Ayer no fue la excepción. La lluvia, por momentos muy intensa, no impidió que el emblemático edificio luciera desbordado por estudiantes secundarios y universitarios, quienes recibieron sus diplomas acompañados por familiares, docentes y amigos.

Los mejores alumnos de las escuelas secundarias públicas recibieron, por la mañana, el premio Pedro Palacios.

En tanto, sus pares de los colegios de gestión privada coparon el Coliseo por la tarde.

Se vivieron momentos muy emotivos. Aplausos, ovaciones y algunas lágrimas, mientras los celulares no tuvieron descanso a la hora de retratar cada momento.

Los secundarios de la modalidad Adultos, por su lado, fueron distinguidos con el “Dardo Rocha”.

A la tarde-noche llegó el momento de los universitarios. Así, los diez mejores promedios de cada una de las 17 facultades de la UNLP subieron al escenario para recibir el premio Joaquín V. González.

Vale recordar que el martes fue el turno de las escuelas primarias. Los niños y niñas que finalizaron el sexto grado fueron distinguidos, como ya es tradición, con el premio René Favaloro.

Una sana costumbre

La distinción a los alumnos y alumnas destacados de la Ciudad se ha convertido en un acontecimiento muy esperado entre las familias platenses. Y el diploma René Favaloro, o el Pedro Palacios, Dardo Rocha y Joaquín V. González pasaron a formar parte de los CV de los jóvenes al momento de aplicar a una beca o de buscar trabajo.

Reconocer las trayectorias educativas implica reconocer el esfuerzo de los chicos y chicas. Y si ese reconocimiento comienza desde el nivel primario de la enseñanza opera como un estímulo. “Luego, quienes siguen estudios superiores se dan cuenta de que no se trata simplemente de un diploma y una medalla. Un buen promedio en la Universidad es el pasaje a una beca, a la carrera de investigador o a un mejor trabajo”, indicó una orientadora vocacional y ocupacional.

Por caso, el mejor alumno 2017 de la UNLP, Blas Fernández, promedio 10 en Matemática, dijo a este diario: “Como había decidido hacer el doctorado, necesitaba una buena nota (...) Nunca buscaba el 10. Eso no se puede manejar. Pero me aseguraba de llegar muy bien preparado a cada mesa”.

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