Recibir a cuatro mil ingresantes, dictarles buenas clases y no sucumbir en el intento
Edición Impresa | 23 de Diciembre de 2018 | 02:52

“Para algunos es imposible recibir a tantos ingresantes, nosotros los recibimos. Algunos alquilan casas, nosotros los recibimos en esta casa, en la sede de la facultad”.
El decano de Medicina, Juan Angel Basualdo, nunca critica en forma directa a la anterior gestión, pero con ciertas frases marca una línea divisoria. No obstante, aclara que hoy en día el tema del ingreso masivo está por encima de cualquier orientación académica. “No es un capricho nuestro ni de nadie, es una ley nacional y hay que cumplirla”, lanza.
Ahora bien, ¿se puede recibir a casi 4 mil alumnos y dictarles buenas clases?, se le pregunta. “Hay una ley -reitera- y nuestra obligación es recibirlos a todos de la mejor manera. Para ello, en julio comenzamos a elaborar las estrategias de un curso de introducción a la vida universitaria, que incluye un esquema de acompañamiento (tutorías) a los ingresantes, desde febrero hasta agosto inclusive”, explica y puntualiza: “Tomamos, como la etapa de ingreso, a todo el primer año. El paso a la Universidad no se da en un mes. Es un proceso”.
“ENCUENTRO CON LA VIDA”
Basualdo comenta que “se ha capacitado durante dos meses y medio a estudiantes de 3º a 5º año, que se acercaron voluntariamente, para que se conviertan en acompañantes de grupos de ingresantes. Se seleccionó a 85, que trabajarán con los (4 mil) chicos y chicas que serán distribuidos en unas 120 comisiones. La idea es que los acompañen en la parte académica y también personal. A quienes vienen del interior a los 17 años, por caso, se les hace complicado iniciar el camino de una carrera universitaria y sobrellevar el desarraigo”, indicó.
La vicedecana, la pediatra Marita Marini, expresó que apuntan a “un cambio de paradigma, lo cual lleva mucho tiempo. Queremos formar médicos generalistas, que prioricen la atención primaria de la salud. Por ello es que vamos a salir de tanta Física, Matemática y Química en el ingreso, para que los jóvenes conozcan de entrada cómo son los lugares donde van a trabajar toda su vida, cómo es la gente que van a atender”. Una suerte de “baño de humanización” desde el inicio.
“Que el ingreso no sea un cadáver, sino la vida. Porque debemos formar para la vida”, realzó Basualdo, para indicar que tuvieron una reunión con el viceministro de Salud de la Provincia y los directores de todos los hospitales de la Región XI, a fin de coordinar visitas de los ingresantes que se extenderán, en grupos reducidos, durante todo 1º año. También, a través de un convenio con el Municipio, irán a los centros de salud”, narró.
Desde febrero y durante todo el 1º año los alumnos visitarán hospitales y centros de salud
Ya les entregaron a los inscriptos un cuadernillo que deberán rellenar para febrero, cuando empiece el curso introductorio. “Deben hacer una serie de entrevistas en sus ciudades y pueblos a los actores del sistema de salud pública”, añadió Basualdo, y completó: “Ya en la facultad recibirán otro cuadernillo con información sobre cada cátedra de 1º año. Asimismo, se les pidió a los profesores que preparen charlas de bienvenida explicando en qué consiste cada asignatura, formas de cursada, de promoción, todo”.
“VIEJA DISCUSIÓN”
Hasta ahí, todo bien. ¿Pero cómo se hace para que 4 mil alumnos tengan buenas clases prácticas? ¿Vean y toquen los preparados de Anatomía?
Juan Basualdo considera que “hay una vieja discusión, casi filosófica, sobre una formación que hace eje en el preparado anatómico. Por un lado, hoy existen sistemas tridimensionales. Incluso en nuestra facultad hay imágenes e impresión de piezas en 3D. Desde ya que no vamos a tener 4 mil manos para 4 mil alumnos. Pero nosotros vamos a formar médicos generalistas, no médicos anatomistas. Necesitamos correr el centro hacia la persona viva, en movimiento”, sostuvo.
“En su último informe, elaborado el 23 de noviembre de 2016, la Coneau cuestionó estrategias pedagógicas y de evaluación. Lo dijo la Coneau, no nosotros. De manera que se requieren cambios que deben implementarse sin dilaciones, pero que llevan su tiempo”, remató.
La profesora Marisa Cobos, opositora a la actual gestión, es directora del Departamento de Tutorías creado en 2015. Se preguntó porqué se implementó un sistema de tutorías sin siquiera consultar a esa dependencia que nació por decisión del consejo directivo. “¿Estamos en la misma facultad, no?”, ironizó.
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