No terminó el año, pero en la Región hubo 9 asesinatos más que en 2017
Edición Impresa | 23 de Diciembre de 2018 | 04:06

Cuando aún resta una semana para culminar el año, los 53 crímenes registrados en la Región durante 2018 superan con amplitud a los 44 de 2017.
Acaso lo más llamativo y deleznable de todos los hechos, se relacione con la suba de asesinatos en los sectores en los que las víctimas debieran estar más protegidas: dentro del seno familiar y en la pareja.
En efecto, del total de las muertes provocadas, 13 se enmarcan dentro de la figura de violencia de género, con dolorosas historias de agresión contra mujeres.
Además, se debe remarcar que cuatro de las víctimas fueron chicos de entre 9 meses y 10 años.
Y, en todos estos casos, los acusados fueron sus padrastros, dos de los cuales están detenidos, mientras que el restante se suicidó.
Si bien todos los sucesos referidos son importantes, ya que se trata ni más ni menos de la pérdida de una vida humana, hubo algunos que tomaron mayor relevancia por diversos motivos: la forma en que fueron cometidos, la cantidad de personas asesinadas o por la franja etaria.
En este 2018, en el detalle por mes, durante enero hubo tres víctimas fatales, en febrero el número trepó a siete, luego en marzo subió a ocho, en abril cinco, en mayo tres, en junio y en julio uno, en agosto once, en septiembre uno, en octubre cuatro, en noviembre siete y, en lo que va de diciembre, dos.
Por otro lado, en lo que respecta a las modalidades, en 23 oportunidades se utilizó un arma de fuego, en 16 un cuchillo o similar, siete personas murieron por una golpiza o ahorcamiento, cuatro tras ser atacadas con algún elemento contundente, tres a causa de un incendio intencional.
El primer episodio tuvo lugar en el barrio Savoia, el 20 de enero, y se trató de un doble crimen.
Dos jóvenes, de 22 y 24 años, fueron asesinados a cuchilladas en una pelea que se generó durante una fiesta en la que también hubo incidentes con la Policía, que logró controlarlos después de un largo rato de tensión extrema, con un Grupo de Apoyo Departamental (GAD).
Unas horas más tardes, las autoridades detuvieron a una chica de 21 años -que vivía en la casa donde se realizó el evento- y un joven de 28, de Tolosa, quien presentaba algunas lesiones que habría recibido en la pelea.
De alguna manera, la historia sería precursora con respecto a lo que ocurriría el resto del año, signado por una gran cantidad de situaciones de violencia.
OLAS DE VIOLENCIA Y JUSTICIEROS
Apenas unos días pasaron del doble homicidio en el barrio de City Bell y ya en febrero hubo que lamentar tres muertes en apenas cuatro días.
Esas erupciones de violencia, que tienen la característica de acumular varios hechos en pocas jornadas, se repetiría en más de una ocasión a lo largo del año.
De esa forma, el detalle queda de la siguiente manera: entre el 18 y el 22 febrero con tres crímenes; entre el 4 y el 7 con tres, al igual que entre el 29 de marzo y el 1 de abril; entre el 13 y el 17 de agosto con tres; del 17 al 21 de noviembre con seis.
Entre tantos incidentes violentos, hubo dos que tuvieron gran repercusión mediática y social.
Se trata del jubilado y el policía que mataron a sendos ladrones, uno en su casa y el otro en un kiosco.
El primero tuvo lugar en una casa de 27 entre 473 y 473 bis.
Allí, un delincuente de 18 años fue con su pareja en moto para robarle al dueño de casa. Armado con un cuchillo y amenazando de muerte a los moradores de la vivienda, juntó un botín de unos dos mil pesos.
“Me exigían más plata y no me acuerdo en qué situación fui para la pieza. Ahí agarré el revólver y, cuando me doy vuelta, tenía al pibe al lado mío, casi encima. Me tiró un puntazo y no me quedó otra que disparar. Estoy muy arrepentido”, relataría el propietario de la finca.
El hombre, identificado como Carlos S., contó que conocía al ladrón que lo atacó y aseguró que “lo trataba como si fuera” su nieto.
City Bell se vio conmocionada tras el traumático lance. Cerca de 300 personas se movilizaron en la Plaza Belgrano de 14 B y Cantilo, con el eslogan “si no te quejás, después no te quejes” y reclamando seguridad.
En tanto, meses más tarde, un drama similar se vivió en un pequeño comercio del barrio San Carlos.
Incluso la forma fue parecida: dos jóvenes llegaron en moto, uno quedó como “campana” y el otro fue el encargado de cometer el robo. En el maxikiosco se encontraba presente un oficial de la Policía bonaerense, que estaba de civil, y es el dueño del lugar.
Además del uniformado, estaban su mujer y el hijo de ambos, de 4 años, entretenido con el teléfono del padre.
“El flaco empezó a pedir la plata, pero de repente le puso el arma en la cabeza al nene para que le diera el celular y el chiquito no se lo quería dar”, diría un testigo. Entonces, el efectivo evitó poner en peligro a su familia y entregó lo que tenía sin oponer resistencia.
Cuando el asaltante escapó en dirección a la moto, perdió algunos segundos intentando arrancarla. Ese instante fue elegido por el miembro de la Fuerza para darle la voz de alto y reducirlo. Por lo que declaró el efectivo, el muchacho “intentó sacar el arma de la cintura”, por lo que él respondió con su reglamentaria.
ocho crímenes terribles
Gonzalo Ezequiel Solís tenía 23 años y murió en las primeras horas del 11 de febrero, en el Policlínico San Martín. Había sido apuñalado cuando resistió el robo de su motocicleta en la puerta de un negocio de la localidad de Villa Elvira, donde se desempeñaba como repartidor. Le habían propinado cinco puñaladas, una de ellas en el corazón, que terminó por provocarle el deceso. El hecho causó gran conmoción entre sus familiares y amigos, que describieron a Solís como “un pibe sano, sin maldad y muy trabajador”.
Johana Andrea Soria (35) se había separado de su pareja, Saturnino Gallardo Arias (61). El 22 de febrero, la mujer fue a la casa que ambos compartían en Etcheverry, en la calle 229 a la altura de 42. Gallardo le dijo a Andrea que quería “charlar a solas con ella” y, tras una breve discusión, le disparó dos veces, por la espalda, con una escopeta. Tenían una hija en común de ocho años.
Nélida Beatriz Lataza (74) y Manuel González Vázquez (76) fueron golpeados sin piedad por su hijo en una casa de 137 entre 80 bis y 81, de Los Hornos. La mujer murió en el acto, en tanto que el jubilado, a quien lo atacó con un machete, fallecería poco después en el hospital de Melchor Romero.
Mariano Anello tenía 26 años y una pasión: las motos. El 25 de mayo a la madrugada lo encontraron muerto dentro de su camioneta, chocada contra un poste de alumbrado en 17 y 53. En un primer momento se especuló con que podía ser otro accidente fatal de los que ocurren a diario en las calles platenses, hasta que los peritos forenses que revisaron el cuerpo detectaron que tenía una herida de bala. El caso permanece impune.
Sabrina Antonioli Ango, de 33 años, martillera, fue ultimada a mazazos por un albañil que trabajaba en su domicilio de 116 entre 32 y 33. El sospechoso hirió de gravedad al marido de la joven. El fiscal Martini, horrorizado por lo que vio en la escena del crimen le dijo a este diario que resulta “inexplicable la saña y ferocidad”. Hay un detenido que irá a juicio en 2019.
A Fernando Waldemar Torres, postrado en una silla de ruedas, lo asesinó el ex marido de su pareja el 5 de octubre, luego de someterlos a vejaciones y obligarlos a consumir drogas. El terrible homicidio tuvo lugar en una finca del barrio San Carlos, en 140 entre 49 y 50. Al enterarse de la nueva relación, el asesino le había advertido a la joven: “Mientras estés vos acá y él en Uruguay, sigue todo normal. Si llega a venir, la cosa va a cambiar”
Ciro Peñalba tenía apenas 10 años y su padrastro, Juan Cruz Chirino, lo mató en su cama tras clavarle 16 puñaladas. Luego del cobarde ataque se atrincheró durante nueve horas, hasta que se pegó un tiro en la sien. El hecho, acontecido en un inmueble de 116 entre 529 y 530, convulsionó a la Ciudad.
Hace menos de una semana, Laura Noemí Jara (46) fue interceptada por su ex pareja en Montevideo y 18, Berisso. Fuentes de la investigación sostuvieron que la esperó en la esquina a que salga de su negocio. Le disparó en plena vía pública en la cabeza y luego se suicidó.
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