El festejo más grande de su historia
Edición Impresa | 24 de Diciembre de 2018 | 02:29

El estadio Monumental de River vivió anoche una de sus mejores fiestas en lo que fue la esperada celebración de la victoria 3-1, frente a Boca, en la final de la Copa Libertadores 2018, que se disputó en Madrid, y significó el título más importante en la historia del club.
El estadio abrió las puertas a partir de las 16 a la espera del ómnibus que trasladó al plantel desde la localidad de Ezeiza, luego de su participación en el Mundial de Clubes de los Emiratos Árabes Unidos, con el tercer puesto.
Los fanáticos Millonarios tuvieron la oportunidad de conmemorar una conquista única, generada por la victoria en tierra española luego de los incidentes del 24 de noviembre en la previa del partido desquite, cuando la serie ante Boca estaba 2-2.
Los simpatizantes que contaban con su ticket para aquella frustrada final en el Monumental pudieron entrar al estadio, con DNI en mano y la previa activación en la página oficial del club. Fueron ellos quienes colmaron las tribunas, y esperaron al equipo soportando la temperatura de una tarde que promedió los 30ºC.
Después del largo viaje de regreso desde los Emiratos Árabes, los campeones de América fueron parte de una lenta caravana desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza en dirección al estadio, y ya dentro del Monumental la alegría, definitivamente, se puso la camiseta con la banda roja.
Una multitud de fanáticos esperó con cotillón provisto por el club, y en un marco de una gran emoción, los jugadores fueron presentados uno por uno en una ceremonia que tuvo al frente de la conducción a la periodista Alina Moine y al ex arquero del club, Sergio Goycochea, quienes hicieron de animadores dentro del campo de juego.
Obviamente que hubo aplausos para todos, aunque los que se llevaron un reconocimiento superior al ser nombrados y caminar sobre una alfombra roja rumbo al palco que sirvió para mostrar al grupo completo, fueron Gonzalo Martínez, el Pity; Leonardo Ponzio, el capitán; y como se esperaba, Marcelo Gallardo, el entrenador.
Tres de las figuras del campeón no fueron parte de esta celebración porque viajaron directamente a Colombia con motivo de estar cerca de sus familiares. Se trató de Juan Fernando Quintero, Rafael Santos Borré y el argentino Franco Armani, cuya esposa es colombiana.
La imagen que mostraron las tribunas iluminadas por los celulares resultó imponente, y fueron el marco ideal para una noche que seguro quedará en la historia de River, después del título más significativo que llegó justamente en una final soñada frente a Boca.
Luego de las presentación de todos los jugadores, llegó el momento de nombrar a los miembros del cuerpo técnico, hasta que por último el estadio estalló cuando los presentadores invitaron a entrar al multicampeón Marcelo Gallardo, de quien previamente se mostró un video con lo más destacado de su exitoso ciclo.
En un mensaje a la multitud, el Muñeco resaltó el valor del título que se estaba festejando, y lo resumió con la frase: “Ganamos la final más soñada del mundo, no la olvidaremos más”, y los aplausos de nuevo lo tuvieron como foco.
En medio de la algarabía, hablaron los jugadores más representativos del grupo, entre ellos Gonzalo Martínez, quien no continuará en la institución porque su transferencia está cerrada a la Liga de los estados Unidos, y como no podía ser de otra manera se invitó al plantel completó a dar la vuelta olímpica que en condiciones normales debió tener lugar justamente en el Monumental, aunque tras la frustrada revancha por los hechos de violencia que generaron una suspensión que recorrió el mundo, y en medio de una larga polémica fue a parar al Santiago Bernabéu del Real Madrid, en España.
“Ganamos la final más soñada del mundo, no la olvidaremos más”
En los alrededores del estadio y sobre la Autopista Riccheri se vio a muchos seguidores riverplatenses luciendo remeras con la leyenda “En tu cara otra vez”, y varios con caretas del 10, Gonzalo Martínez. Justamente el volante que convirtió el 3-1, gol que recreó al finalizar la noche de Nuñez a partir de una corrida que va a quedar grabada en la historia grande de River. En este caso rodeado por todos los hijos de cada integrante del plantel.
“El Pity Martínez / que loco que está...”, se escuchó nuevamente, y mas fuerte que nunca en un estadio que lució una Libertadores gigante en el extremo de la cabecera Centenario, la más próxima a la Avenida Figueroa Alcorta.
Repasando lo que fue la final de la Copa Libertadores 2018, evidentemente no transcurrió en los términos deseados, por culpa de los violentos, pero una vez consumado el triunfo en Madrid, y tras el paréntesis que significó el viaje a Emiratos Árabes para ser parte de la Copa Mundial de Clubes, el festejo de anoche en el Monumental, seguramente fue el soñado por todos.
Claro, el imaginado por el equipo, la dirigencia y los hinchas, que sin tener mayoritariamente la posibilidad de haber sido testigos de la final más importante de todos los tiempos, anoche se emocionaron saludando a los campeones que de este modo cerraron con un broche de oro lo que fue un año magnífico.
En toda esta larga serie de episodios vividos en lo que pareció una fiesta bien organizada desde todo punto de vista, obvio que no faltaron las dedicatorias a Boca, el clásico rival que fue objeto de repetidos cantos que bajaron desde las tribunas e incluso de los propios jugadores, quienes dentro de la cancha dieron rienda suelta a su felicidad.
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