A 50 años de la primera y única Navidad vivida por el hombre desde la Luna

Lo concretó la misión Apolo 8 de la Nasa, en plena carrera espacial con la ex Unión Soviética. Los astronautas y el Génesis

Edición Impresa

DIEGO BAGÚ
Director Planetario Ciudad de La Plata

Hacia fines de los 60, la NASA (Agencia espacial de los Estados Unidos), se encontraba frenéticamente inmersa en una carrera espacial desenfrenada con la ex-Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. La promesa -y sueño a la vez- del ya asesinado presidente John F. Kennedy de poner un hombre en la Luna regresándolo sano y salvo a la Tierra antes de finalizar aquella década, sin duda alguna se había convertido en un desafío por demás colosal. A su vez, la amenaza de una “Luna roja” acechaba cada vez más.

A partir de imágenes capturadas el 19 de septiembre de 1968 por el satélite de reconocimiento KH-8 GAMBIT, la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) había tomado conocimiento que los soviéticos contaban con un poderoso cohete no sólo comparable en tamaño al Saturno V (el cohete americano que posibilitaría llegar a la Luna) sino que, además, ya se encontraba en su plataforma de lanzamiento.

Aquel singular vector ruso paralizó a todos tanto en la CIA como en la NASA, pero muy especialmente en la Casa Blanca. Los tiempos se acortaban a pasos agigantados. De acuerdo a los planes de la agencia espacial estadounidense, el primer viaje tripulado a la Luna a fin sólo de orbitarla -sin descender sobre ella- estaba programado para 1969. Pero aquella foto satelital los extremeció en gran manera. Sencillamente, ya no había tiempo. Si la bandera con estrellas blancas debía plantarse antes que la roja con su hoz amarilla, había que viajar a la Luna “Ahora”.

Esto llevó a los directivos de la NASA a tomar la que se considera una de las acciones más arriesgadas y peligrosas en toda su historia. La misión Apollo 8, programada para un vuelo orbital terrestre, debía ahora viajar directamente a la Luna.

Seguramente a los astronautas Frank Borman, James Lovell y Williams Anders les resultó en parte preocupante semejante cambio repentino, ya que ellos estarían a cargo de la misión. Pero el premio era fascinante, extraordinario. A fin de cuentas, se convertirían en los primeros seres humanos en viajar a la Luna, cumpliendo el sueñ o de Verne y de la humanidad en su conjunto.

Apollo 8 despegó el 21 de diciembre de 1968. Tres días más tarde, se encontraban en órbita lunar. Estos tres seres humanos fueron los primeros en abandonar la Tierra, los primeros en verla de manera completa y los primeros en ver la cara oculta de la Luna. Pero sin duda alguna, uno de los privilegios más impactantes que tuvieron fue observar por vez primera a la Tierra asomarse por el horizonte lunar.

En uno de los momentos que quedarán en la bitácora del vuelo espacial, y a medida que se encontraban girando alrededor de la Luna, a Borman se le iluminó la cara. No podía creer la belleza que estaba observando. La Tierra estaba apareciendo por el horizonte lunar. Entre los tres compañeros se aprestaron a tomar sus cámaras para fotografiar tan sublime momento. Fue Anders quien obtuvo una de las imágenes icónicas de la historia espacial.

En las vísperas de la Nochebuena del 24 de diciembre, el comandante de la misión le dijo a Houston que tenían unas palabras para compartir con todos aquellos en la Tierra. Quien comenzó el relato fue Anders. Para sorpresa de todos, leyeron el Génesis desde la mismísima órbita lunar, mientras en sus ventanillas podían observar su planeta a casi 400.000 kilómetros de distancia.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE