Ese enemigo ruidoso de los niños con autismo

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El uso de la pirotecnia tiene cada vez más contraindicaciones, se asegura desde el Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata. Y el impacto más doloroso y triste, reiteró la entidad, recae sobre las personas con autismo, especialmente en niños. Son ellos quienes en épocas festivas como las celebraciones de navidad o Año Nuevo padecen los efectos de los artículos de explosión y fuegos artificiales porque tienen un sistema auditivo con alta sensibilidad

Por eso, el Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata (Cofolp), desde la Comisión del Lenguaje realizaron una advertencia, recomendaciones y sugerencias para las familias que puedan resultar afectadas y además, insistieron en la necesidad de reducir esta práctica en nuestra ciudad.

“Sabemos de casos puntuales de familias enteras, que para las fiestas de fin de año, no pueden disfrutar ni festejar al tener que contener a sus pequeños que entran en estado de pánico. Por eso es importante concientizar a la población para que todos podamos tener unas fiestas felices”, dijo Alejandra Morchón, presidente de la institución.

“La mayoría de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) presentan dificultades de procesamiento sensorial, por eso pueden llegar a presentar alteraciones en los sistemas sensoriales ( procesamiento de estímulos visuales, táctiles, gustativos, olfativos, auditivos, propioceptivos y vestibulares); frente a estas dificultades de desorden sensorial responden a veces disruptivamente, percibiendo estos estímulos como algo realmente muy estresante y desorganizador”, explicó la especialista Giselle Prado, consultada para esta nota por las autoridades de la Comisión del Lenguaje del Cofolp.

“El el sonido de una ambulancia, la música fuerte en un ambiente, los ruidos ocasionados por cohetes, entre otros provoca reacciones en estos pacientes: desde taparse los oídos o manifestar oralmente su molestia hasta llegar a presentar un malestar tan importante que les impida permanecer en el espacio y hasta a veces llegar a autolesionarse por no poder autoregularse”, agregó la fonoaudióloga.

Por otra parte, Agustuna Richuisa, también especializada en estos tratamientos explicó que “los niños con TEA presentan en su gran mayoría una hipersensibilidad auditiva, esto se ve reflejado en la vida diaria en una percepción de sonidos que para nosotros pasan desapercibidos y para ellos pueden resultar altamente perturbadores (secadores de pelo, licuadoras, sirenas, trenes a distancia). Incluso presentan una alta dificultad en realizar figura-fondo con dichos sonidos, es decir, no pueden inhibirlos sino que quedan en el foco de sus percepciones auditivas inhibiendo otro tipo de estímulo más cercano e inmediato”.

 

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