La ausencia de operativos, un “obsequio” navideño

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En materia de operativos para combatir la venta callejera en la Ciudad, poco y nada se parecieron las dos últimas despedidas de año. Si 2017 había llegado a su fin con escenas de conflicto entre vendedores que ofrecían sus mercancías en la vía pública y los agentes comunales que trataban de hacer cumplir la ordenanza que prohíbe la comercialización callejera, el cierre de este año fue todo lo contrario. La ausencia casi total de controles fue, si se quiere, el “obsequio navideño” que la comuna les hizo a los manteros en la despedida de un 2018 marcado por la tibieza de los operativos. En la época de mayor actividad comercial por las fiestas de fin de año, la venta clandestina pudo moverse “a sus anchas” por las calles platenses, copando veredas y espacios verdes. Y ello pese a que son ya conocidas las secuelas que acarrea la venta informal, tales como trabajo en negro, procedencias dudosas de las mercaderías, competencia desleal y evasiones a tasas e impuestos. La apuesta oficial de habilitar “antes de fin de año” un predio para mudar a los manteros sigue, por ahora, “en veremos”. Con la llegada de enero seguramente las calles se verán algo más despejadas, ya que no pocos vendedores se van a ofrecer sus mercaderías a los destinos turísticos. Pero si en estos días no se hacen esfuerzos por ponerle freno a esta actividad, cuando la Ciudad retome su ajetreado ritmo la venta clandestina no tardará en volver a imponer su flagrante ilegalidad.

 

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