La era del hielo... :Rial y More todavía no se pueden amigar

El periodista dijo que su hija “está mirando de costado”, y que aunque se han acercado todavía hay un océano entre ellos

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La relación entre Jorge Rial y su hija mayor, Morena, está “ahí”, ni chicha ni limonada, después del semejante escándalo familiar que mantuvieron este año, por el que estuvieron a punto de verse las caras en la Justicia: él a punto de denunciarla por extorsión, y ella para que le pague la manutención.

Pero ahora la cosa parece irse encaminando, lento, como el andar de la tortuga, según las últimas declaraciones del periodista.

En diálogo con Luis Novaresio para su programa “Debo Decir”, el “Intruso” se mostró entusiasmado con la idea de ser abuelo, aunque reconoció que, al principio, la noticia del embarazo de More le cayó como peludo de regalo pero después se acostumbró. “Voy a ser abuelo de un varón. Estoy bien. Costó y cuesta adaptarte a todo esto, pero me encanta el rol de abuelo”, se sinceró.

Y ahondó sobre cómo está la relación con la mayor de sus hijas: “Decir que reconstruí la relación con Morena sería lo ideal. Estoy en pleno camino de reconstrucción. Hoy estamos en un acercamiento amoroso y cariñoso. Es muy lento, es muy difícil pelearte con una hija. Te podés pelear con cualquiera y decir barbaridades; con un hijo es una unión para toda la vida”.

En tren de confesiones, Rial dijo que está apelando a la paciencia, “tomándome el tiempo para decir las palabras justas, con espacio para los dos. Lo aprendí a los golpes, te viene y listo”, dijo el animador de América, quien, “no estaba preparado para recibir lo que recibí de mi hija”.

La que pone la distancia parece ser More, quien, según su padre, “todavía está medio como mirando de costado, pero no hacía falta un abrazo porque no había distancia. Ella tuvo un momento y está todo bien. Ya está. Mantenemos una relación muy buena, hoy con una distancia cariñosa, que era lo que nos hacía falta”.

Y cerró diciendo que tuvo que “hacer rafting sentimentalmente porque me pegaba un palo feo, de verdad. A mí me salvó el arte. Me sacó de un momento difícil, bastante oscuro. Cosas personales que me pegaron mal y me sentí solo”.

 

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