Al rescate de las historias que guardan las escenas

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Una casa nos ve ser como somos cuando nadie nos ve. Testigo de esa incontable cantidad de historias mínimas que definen una vida y suelen morir con quien las vive, hasta que la memoria de otro las rescata para que las palabras hagan el resto. También están aquellas casas en la que lo privado se funde con lo público por la fuerza del espanto. Pasa en un minuto, pero, por días, o semanas, las cámaras las muestran hasta donde pueden. Buscan testigos que las describan. Fotos del interior al desnudo. Después de un tiempo, nadie más que algún vecino las recuerda como eso que fueron entonces: escenas de un crimen. Y la vida sigue. Aunque no hablan, las paredes guardan historias viejas y nuevas. Esta es la primera de una serie de crónicas sobre las escenas de los crímenes que son parte de la historia de La Plata.

 

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