De un sistema formativo a uno de precariedad laboral

Edición Impresa

Con el tiempo las residencias han pasado de ser un sistema formativo a ser un sistema de captación de recurso humano manejable. A esto se le agrega el hecho de que, como recurso humano, los residentes no tienen los derechos propios de un trabajador: no se les considera la antigüedad, no tienen aportes jubilatorios, ni reciben asignaciones familiares. Si bien en los últimos años se estuvo trabajando con el ministerio de Salud para reparar esa situación, el ministerio de Economía frenó todos los avances que se habían consensuado.

La realidad es que las guardias de muchos hospitales hoy se sostienen gracias al sistema de residencias. Porque a excepción del jefe y algún médico de planta, quienes sostienen su funcionamiento son los médicos residentes, que al principio se bancan cualquier cosa con tal de aprender. Y aprenden, pero a los golpes, a fuerza de prueba y error, y no como resultado de un sistema formal como debería ser.

El deterioro de los espacios de formación y la alta carga laboral que implican las residencias ha llevado a que muchos médicos recién recibidos busquen opciones que les ofrezcan beneficios más a corto plazo.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE