Una pelea en la que, por el momento, gana el “no servicio”

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Baja presión de agua, corte total del servicio por un tiempo prolongado, micro cortes, o pérdidas en la vía pública, son apenas una pequeña muestra de los padeceres de los vecinos que, en pleno verano y con temperaturas que no dan respiro, luchan por tener algo de agua en las canillas de sus hogares.

Nada de descubre al reiterar las históricas falencias en el servicio de agua corriente de la Región, y que con el tiempo se han agravado y multiplicado.

Años de abandono, de falta de obras de mantenimiento y de modernización de la red, sin lugar a dudas, han contribuido al paupérrimo servicio que se presta en la actualidad.

Cuentan que la gobernadora María Eugenia Vidal muestra en algunas reuniones con legisladores de Cambiemos un caño podrido de los que Absa retira en la ciudad de La Plata. “Contra este abandono luchamos”, argumenta la mandataria.

Y en esa lucha, por ahora, sigue ganando el “no servicio”.

Absa tiene aprobado un incremento de 40 % en su tarifa a partir del primer día hábil de abril.

La cifra, que no es menor para los presupuestos familiares ya castigados con los otros tarifazos, contrasta llamativamente con el incremento propuesto por Aysa, la empresa prestataria del servicio de agua corriente y cloacas en la mayor parte del conurbano bonaerense. Allí la suba de la tarifa prevista a partir de 1 de mayo (previa realización de una audiencia pública) será sustancialmente menor: 26 %.

Mientras se aguarda la finalización del acueducto Norte (beneficiará a los vecinos de Gonnet y City Bell) y la finalización de las obras en la planta depuradora de Punta Lara, los trabajos de Absa en la Región se concentran en la renovación de las viejas cañerías que abastecen a la Ciudad. Tarea loable y, por otra parte, necesaria, pero que a todas luces no alcanza para ofrecer el servicio que la comunidad requiere.

 

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