Lejos de casa: El Teatro Argentino abre su 2018 con un concierto en la Usina del Arte

En medio de la puesta en valor de la Ginastera, la Orquesta Estable estrenará temporada tocando a Bartók y Sibeluis en Buenos Aires

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La temporada 2018 del Teatro Argentino de La Plata será inaugurada mañana con un concierto ofrecido por su Orquesta Estable y que, sin embargo -por las refacciones en el coliseo platense-, se realizará en el auditorio de la Usina del Arte de la Capital Federal.

Con la dirección de Pablo Druker, la Orquesta Estable interpretará un programa compuesto por la Sinfonía Nº 6, en re menor, Op. 104, de Jean Sibelius y el Concierto para orquesta, Sz. 116, BB 123, de Béla Bartók. Las entradas, gratuitas, se retirarán desde dos horas antes del concierto, que comienza a las 20, en la boletería de Caffarena 1.

El Teatro Argentino de La Plata desarrollará buena parte de su programación fuera de su edificio por los trabajos de puesta en valor y refacciones que realizan en la sala Alberto Ginastera, la principal por su tamaño, en la que se realizará la renovación y reparación de elementos escenotécnicos, el escenario, el reemplazo y acondicionamiento de las butacas y de la infraestructura en general.

Por eso los espectáculos de mayores dimensiones se realizarán fuera de sede: en el Teatro Municipal Coliseo Podestá de La Plata, donde abrirá la temporada local el próximo jueves; en el Teatro Coliseo, la Usina del Arte, el CCK, el Anfiteatro de Parque Centenario de la ciudad de Buenos Aires; en el Teatro Roma de Avellaneda y en el Teatro Tronador de Mar del Plata.

Entre los aspectos más destacados de la temporada 2018 del primer coliseo bonaerense sobresalen el estreno nacional de la opereta “Candide” y la interpretación de las “Danzas Sinfónicas” de “West Side Story” de Leonard Bernstein –en el año del centenario del nacimiento de este compositor-; la primera producción del coliseo bonaerense de la ópera “La belle Hélène” de Offenbach; y una creación coreográfica inédita por parte de Oscar Araiz para “Daphnis et Chloé” de Ravel.

EL PROGRAMA

Para la velada de mañana, en tanto, la Orquesta Estable interpretará la Sexta Sinfonía del finlandés Jean Sibelius (1865-1957), que fue concluida en 1923, aunque el músico ya llevaba varios años pergeñándola.

Pieza de unos 25 minutos de extensión, fue descripta por su autor como “fría agua de manantial” en contraste con los “cócteles contemporáneos”, en velada alusión crítica al estilo que estaba imponiéndose de la mano de Stravinsky.

“Esta sexta sinfonía me ha recordado siempre el olor de la primera nevada”, declaró el compositor, quien en otra ocasión afirmó que “la rabia y la pasión son absolutamente esenciales en ella, pero acompañadas por corrientes subterráneas que fluyen bajo la superficie de la música”.

Además, bajo la batuta de Druker la Orquesta ejecutará el Concierto para orquesta de Bartók, (1881-1945), escrito en 1942 cerca de Nueva York y poco incluido en los repertorios locales, quizás por las dificultades que plantea su ejecución. Exiliado en Estados Unidos desde 1940, Bartók padeció en esa cultura tan alejada de la de su país de origen de una desalentadora incomprensión. Las estrecheces económicas lo llevaron a aceptar el encargo de Sergei Koussevitzki, entonces director de la Sinfónica de Boston, de componer una obra orquestal. El resultado es la pieza que –aunque lejos está de ser su obra maestra- mejor facilita el acceso del público en general a la música del autor. De esplendorosa orquestación, esta creación sorprende por su energía y vitalidad, pese a ser fruto de un hombre enfermo que moriría apenas dos años después.

 

 

 

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