Una convivencia tortuosa y una separación conflictiva, en la tragedia en Etcheverry

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Mientras los familiares de Andrea Soria y Saturnino Gallardo intentan mitigar el dolor que generó el asesinato de la mujer en manos de quien había sido su pareja y luego se suicidó, la Justicia avanzó ayer en la búsqueda de datos que pudieran explicar el contexto de la violencia y la muerte desatadas el jueves, en la casa que compartieron durante los últimos años, en Etcheverry (229 y 42).

En ese camino, al investigación que instruye la fiscal Ana Medina (UFI 1) convocó a testigos de la relación entre la mujer de 35 años y el agricultor de 61. Ante el Gabinete de Homicidios de la Dirección de Investigaciones (DDI) los testimonios dejaron datos acerca de una relación con elementos tortuosos para la mujer.

“Durante los últimos meses, Soria estaba bajo presión. Los testigos hablaron de un hostigamiento o persecución por parte del hombre para que desistiera de la decisión de separarse, que había concretado en diciembre”, reveló una fuente de la investigación. Según apuntó el pesquisa, Soria “nunca quiso denunciar el acoso”.

La separación terminó con una relación que duró aproximadamente 16 años. Ambos habían tenido experiencias previas e hijos con otras parejas y en esta etapa concibieron una nena, que hoy tiene 8 años. En las declaraciones de la víspera también aparecieron indicios de una convivencia con dificultades para la mujer: “Las versiones coincidieron en que el hombre intentaba controlarla. Dijeron que no la dejaba tener amigas, ni salir sola y hasta le indicaba el tipo de ropa que debía usar”.

El jueves por la tarde, volvían a verse como ex pareja. Gallardo le pidió hablar dentro de la casa, solos, pero ya en la habitación le dio dos tiros por la espalda con su escopeta calibre 12/70. Acto seguido se suicidó con la misma arma, al dispararse en el abdomen. La mujer murió en el Hospital de Melchor Romero.

El desenlace se dio justo cuando Soria pensaba en rehacer su vida: “La mujer había ido de vacaciones la Costa con sus hijos. El hombre la llamaba y le insistía con volver pero tenía el dato de que ella había empezado otra relación. Incluso le dijo que si le confirmaba eso no le iba a molestar más. La mujer se lo confirmó”. De regreso de esas vacaciones, Soria llevaba la hija de ambos a pasar unos días con el padre, a la casa de 229 y 42. “Gallardo le dijo que quería hablar con ella y el hijo adolescente de la mujer. Le pidió pasar solos a la casa:´hablo un minuto con vos primero´, le dijo”, relató el investigador.

En segundos, los tiros estremecieron al campo, al hijo adolescente, a la niña. También a la hermana y su esposo. Todos esperaban afuera.

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