La Villa Ocampo

En San Isidro, un recorrido por la emblemática casona donde vivió la escritora Victoria Ocampo, también conocida como la casa de las miradas por los retratos en sus paredes de personalidades que la frecuentaron.

  Hay dos maneras de entrar a Villa Ocampo. La primera es caminar esos primeros metros por los jardines hasta la mansión, dejándote seducir por la suave brisa de río, y  en estado de ensoñación recorrer la casa siendo un poco detective y un poco personaje principal de una novela de misterio donde lo que hay que descubrir es nada menos que la vida de esta mujer bella y misteriosa que aparece en fotos y cuadros. La otra, es no dejar espacio a la fantasía y recorrer la línea de tiempo y vida que atraviesan a todos y cada uno de los objetos de la casa. Cualquiera de los dos recorridos implica subvertir los tiempos, viajar a la primera mitad del siglo XIX y en ese punto, combinar a la casa y la escritora en un sólo recorrido.  
Donada a la Unesco por Victoria Ocampo, la casa fue construída por su padre, Manuel Ocampo, para los veraneos familiares e inaugurada en 1891. El estilo es ecléctico aunque predomina lo franco-victoriano, con elementos pintoresquistas ingleses, de tres plantas de 450 mts 2  y una galerìa de 80 metros, habitada definitivamente por Victoria en 1940. 

  En el hall central, las miradas de sus padres retratados al óleo por Prilidiano Pueyrredón son testigos silenciosos del deambular admirado de los visitantes. Manuel Ocampo y Ramona Aguirre sugieren un retrato de la patria más que la saga familiar de la escritora, donde la política y los enfrentamientos entre unitarios y federales fueron parte de la vida doméstica en sus primeros años.  

  Victoria fue una niña curiosa que admiraba por igual a Julio Verne, Artur Conan Doyle, Charles Dickens, Guy de Mauassant, Daniel Defoe y Edgar Allan Poe.  De familia aristocrática, educada por institutrices, escritora, mecenas, fundadora de la revista Sur y fundadora de la Unión Argentina de Mujeres, la escritora siempre fue diferente. Ser mujer en los primeros años del siglo pasado era cumplir con una serie de mandatos férreos en un mundo de hombres. No sólo mandatos, también limitaciones. Tener una educación formal, ir al colegio y a la Universidad o hacer teatro le estuvo vedado. A cambio conoció Europa muy joven y pudo acceder a la filosofía a través de Henri Bergson. 

 Sin embargo.

  • Lo poco que he hecho en mi vida (y no lo califico de poco por falsa modestia sino porque mis planes eran más ambiciosos) lo he hecho a pesar de verme privada de las ventajas de ser hombre. Pero a ese poco no habría alcanzado de no tener inconmovible convicción de que era necesario luchar para darle el lugar que correspondía a la mitad de la humanidad. La lucha, en mi caso, consistía en obedecer a una vocación: la de las letras. Vencer en ese sector, así fuera ínfima la victoria, era ayudar al gran movimiento de emancipación que estaba en marcha

 Heredera de una fortuna, Victoria trabajó y se involucró a fondo en cuestiones de género, la desvelaban tanto las limitaciones como la concreta marginación de las mujeres y su relación con la cultura moderna. Sostiene que primero deberá cambiar la situación de la mujer en el mundo. Después vendrán otros cambios que surgirán de ese... Su entorno y amistades conforman, a través de los años, un mapa repleto de tesoros de los más variados que van haciendo su aparición, timidamente, en el recorrido por la casa. Stravinsky, Graham Greenes, Aldous Huxley, Waldo Frank, Albert Camus, Cocó Chanel, Krishnamurti. En estos salones se conocieron Jorge Luis Borges y Bioy Casares y en los jardines solían pasear la escritora Gabriela Mistral y el diseñador de cohetes espaciales del siglo XX -Wernher von Braun- quien le contó a la dueña de casa cómo el hombre llegaría a la luna.

 Borges dijo que en un país y en una época en que las mujeres eran genéricas, ella tuvo el valor de ser un individuo. Su biblioteca, intacta, lo demuestra y  resguarda el voraz recorrido intelectual de Victoria, con más de once mil ejemplares, desde policiales -hay cien novelas de Georges Simenon- libros firmados por sus autores, rarezas o ejemplares con anotaciones personales de la escritora. El centro de Documentación atesora además fotografías, artículos, discos y copias de su actividad cultural a través de la revista que fundó y dirigió durante cincuenta años y la traducción de libros y publicaciones de Faulkner, Joyce, Beckett, Camus, Sartre o Virginia Woolf y colaboraciones de Gabriel García Marquez y Julio Cortázar. 

 Para saber más del vasto universo de la escritora se puede hacer la visita guiada, hurgar en la biblioteca o leer alguna de sus autobiografías. En la tienda hay ejemplares de la Revista Sur para llevarse a casa, biografías y de todo un poco. 

 

VILLA OCAMPO
Elortondo 1837
Beccar,
Provincia de Bs. As.

Entrada: El valor del Bono Contribución para el ingreso es de $ 375.- y de $ 200.- para docentes o estudiantes (con acreditación de identidad y de condición de docente/estudiante), los menores de 12 años pagaran $ 10.-

Visitas con previa reserva
Viernes de 12:30 a 18:00 hs.
Sábados, domingos y feriados de 10:00 a 19:00 hs.

Contacto:

011 4732-4988
visitasvillaocampo@gmail.com

http://unescovillaocampo.org/visitanos/

 

  • Autobiografía I: El archipiélago. Buenos Aires: Sur, 1979.

 

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