“Pedí ayuda cuando mi hijo empezó a robar; no me escucharon y hoy está preso”

El camino de una madre para evitar que su hijo adicto delinca y la falta de respuesta desde el Estado

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En casa de Vanesa Sabbag (39) hay una ausencia que no hace falta mencionar para que pese en cada momento de la vida cotidiana del hogar. Es la de Cristian, el mayor de sus cinco hijos, que cayó preso hace tres años, cuando tenía apenas 18 y con una herida de bala que comprometió seriamente uno de sus brazos. Cristian fue condenado a 14 de prisión por intento de homicidio durante un robo. Vanesa dice que la condena le dejó muchas dudas, que nunca se encontró el arma que habría usado su hijo. Pero reconoce que Cristian empezó a drogarse a los 16 años y después a robar. “Hice de todo, pedí ayuda en todos lados para que lo internen, para que se recupere de su adicción y deje el delito, y nunca me escucharon. Hoy está preso”, dice Sabbag.

En casa de Vanesa se vive con lo justo y aún menos que eso: las changas que consigue su marido son el principal sostén de la casa y se apuntalan con la leche en polvo que se puede conseguir en el comedor del barrio.

“Tengo cinco chicos y cuando noté que Cristian había empezado a drogarse, a sus 16 años, busqué ayuda, porque a mi se me había ido de las manos. Fui al juzgado de menores, fui a centros de rehabilitación para adictos, golpeé todas las puertas posibles. Y nada”, recuerda Vanesa.

“En los centros de recuperación me decían que él se tenia que internar voluntariamente. Pero él no quería. Siempre pensé que alguien nos tendría que haber brindado una respuesta desde el Estado. Ahora va a pasar catorce años en la cárcel”.

 

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