Ordenaron a un diácono local
Edición Impresa | 31 de Marzo de 2018 | 07:50

En una misa celebrada en la catedral platense el arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, ordenó diáconos al citibelense Santiago Agustín Alemán, junto a Tomás Santiago Gutiérrez y Carlos Ezequiel Rivero Cecenarro, que se están formando para el sacerdocio en el Seminario Mayor San José.
El lema de la ordenación diaconal fue: “El hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir, y a dar su vida en rescate por muchos”.
La misa, celebrada en memoria de San Patricio, tuvo la homilía de monseñor Aguer, donde comentó los pasajes bíblicos que se leyeron en la liturgia de la Palabra.
Comenzó con el relato de la conversión de un funcionario etíope por la evangelización del diácono Felipe, que le explicó lo que aquel iba leyendo sin entender. “Los diáconos -sostuvo- continúan el ministerio que los apóstoles confiaron a ‘los Siete’, para que les ayudaran en el servicio de la caridad”.
Resaltó que “ese servicio actualmente pide que nos ocupemos de los nuevos pobres: los jóvenes devastados por la droga, los huérfanos de padres vivos, las víctimas de la falta de trabajo y los niños y adolescentes que imitan la inmoralidad exhibida en la televisión y las redes. No podemos resolver todos los problemas sociales, pero sí al menos ofrecer un alivio, nuestra afectuosa cercanía y consuelo”.
Comentó, a continuación, el Evangelio en el que Jesús dice que “separó a sus discípulos del mundo, no los sacó de él, sino que los envió a él para anunciar la verdad. Los diáconos son consagrados para el servicio de la Palabra, de los sacramentos, y de la caridad”.
El presbìtero Santiago Agustín Alemán nació en nuestra ciudad el 15 de febrero de 1993 y es hijo de un matrimonio practicante, del que nacieron siete hijos. La suya es una de las tantas familias numerosas que viven en la zona y de las que surgen diferentes vocaciones para la Iglesia, según informó la agencia católica AICA.
Su parroquia de origen es el Sagrado Corazón de Jesús, de City Bell. Como Acólito desarrolló su apostolado en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, de La Plata. Y, como Diácono, fue destinado a la Catedral. Eligió como lema de ordenación: In Nomine Christi.
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