El Gobierno muestra buenos datos económicos mientras enfrenta a la justicia federal

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Por OSVALDO GRANADOS

Estamos en el medio del club de la pelea.

Faltaba Comodoro Py y las versiones de coimas.

Todos están bajo sospecha. Macri y Peña apuntan a los jueces federales; el peronismo trata de evitar que desmantelen a Justicia Legítima. La información que tienen es que tratan de proteger a Cristina.

En Comodoro Py dicen que el Gobierno viene por todo. Hasta ahora negociaban pero ven que son poco confiables.

¿Recién ahora se dieron cuenta?

El Gobierno quiere mostrar los datos positivos de la economía.

¿Cuáles son?

La industria y la construcción vienen en ascenso. Bajó el índice de pobreza.

La oposición en los medios K, pone en duda al Indec, señalan que el dólar esta fuera de control y no son ciertas las cifras.

El 6 a 1 de España a la Argentina cambió la corriente. La opinión pública modificó la dirección de sus misiles.

Está muy claro hacia dónde se dirige el peronismo.

Es imposible la unidad. Massa y Randazzo saben que mientras Cristina continúe con fuerza es imposible volver al poder.

Decidieron que irán a una interna para ganarle. Hoy para sacar de la cancha a Cristina y Hugo Moyano se necesita tiempo. No tienen margen político para crecer pero le impiden surgir a otras figuras, opina la gente de Sergio Massa.

Si uno analiza la semana, las informaciones no fueron es su mayoría negativas.

Sin apoyo de Moyano, los gremios del transporte están rearmando la CGT, y la Uocra cerró las paritarias con el 15 % con cláusula de revisión en diciembre. La explicación de los dirigentes sindicales fue clara: “Estamos en medio de un crecimiento importante en la actividad, no es el momento para provocar conflictos”.

Le quedan al Gobierno algunos focos importantes con problemas: los docentes de la Provincia y los bancarios.

El tema clave es que el Gobierno tiene un problema en la economía: bajar la inflación.

¿Se puede disciplinar la inflación?

Saben que tienen un límite claro: si las tarifas suben como en los últimos días, es imposible.

Ahora surgió un problema que no existía.

El Indec ganó en jerarquía y profesionalismo. Sus números no eran cuestionados. Es más, se los respetaba más que el de las consultoras.

Existe un proyecto para reformar el Indec.

¿Es necesario?

Hay un plan oficial para darle autonomía al Indec – actualmente depende del Ministerio de Hacienda -. Dicen que la iniciativa garantiza más que ahora las cifras, la metodología y los funcionarios del organismo no serán influenciados por el poder político.

Con una oposición que hará lo imposible para volver lo más rápidamente posible, cambiar el Indec ahora, es un error.

Lo más difícil, según los analistas es identificar con una ideología determinante al Gobierno.

Este equipo en el poder no se formó con ideas. Como empresarios están al servicio de los resultados.

El éxito es fundamental. Lo que no saben es si hay un plan. El Banco Central tenia uno. Ahora no se sabe.

La frase para explicar la Argentina fue del filósofo Tomas Abraham: “El capitalismo argentino es una patente que no quiere comprar nadie”.

“Acá lo que crece es el Estado y la burguesía hace negocios financieros no es como la brasileña”.

Señala Abraham: “ Si cantas combatiendo al capital no ayudás al proceso”.

El Gobierno ahora tiene que vender futuro. Para eso tendremos títulos en los diarios que apuntaron al crecimiento del 2,9 % del PBI. La mayoría de los sectores económicos están repuntando.

Existe mayor inversión. Caída del desempleo y un aumento en la tasa de ocupación: 433.000 nuevos puestos de trabajo.

Todos en el gabinete económico repiten lo mismo: esta vez habrá segundo semestre.

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