Los nervios de acero de una mujer piloto salvaron de una muerte segura a 148 pasajeros

Tammie Jo Shults fue reconocida como heroína. Su sangre fría y su destreza le permitieron aterrizar un avión casi condenado

Edición Impresa

“Southwest 1380. Estamos con un solo motor. Hemos perdido parte del avión, por lo que tendremos que reducir la velocidad un poco”, fue el mensaje que la piloto Tammie Jo Shults, del avión comercial que tuvo que aterrizar de emergencia en Filadelfia (EE.UU.), transmitió a la torre de control. Un día después de su hazaña, la piloto fue reconocida como una heroína. Y no es para menos, ya que tras estallarle un motor en pleno vuelo y desprenderse una turbina que mató a una pasajera del vuelo de Southwest Airlines, sus nervios de acero y un perfecto aterrizaje de emergencia en Filadelfia permitió salvar la vida de las otras 148 personas a bordo.

La sangre fría que mantuvo la veterana piloto texana tras estallarle en pleno vuelo un motor y sufrir la despresurización de la cabina debido a la rotura de una ventanilla con una pieza de la turbina, evitó una catástrofe.

El vuelo 1380 de la aerolínea Southwest, que había partido de Nueva York hacia Dallas (Texas), aterrizó finalmente de emergencia solo con el motor derecho pese a que, en medio del caos creado por el incidente, la mayoría de las 149 personas que iban a bordo pensaban que estaban en los últimos momentos de su vida.

Entre ellos no estaba la piloto, que demostró en todo momento tener una seguridad inquebrantable y “nervios de acero”, a tenor de la conversación que mantuvo con los controladores, divulgada ayer por la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB).

En el incidente solo se registró una víctima mortal, una mujer cuyo cuerpo fue succionado parcialmente por la ventanilla rota debido a la despresurización y que fue reintroducido a la cabina por los pasajeros que se encontraban junto a ella.

Tammie Jo Shults, de 56 años, nacida en Texas y una de las primeras mujeres piloto de combate en el Ejército de Estados Unidos, logró hacer descender la aeronave desde los cerca de 10.000 metros de altura en que se encontraba en menos de seis minutos.

“Hemos perdido parte del avión, así que vamos a tener que reducir la velocidad un poco”, dijo Shults por radio, al tiempo que pidió la presencia de equipos médicos en la pista por la posibilidad de que hubiera “pasajeros heridos”.

“Pasajeros heridos, ok, ¿y su avión está físicamente en llamas?”, le preguntaron seguidamente desde la torre de control, a lo que la piloto respondió: “No, no está en llamas, pero falta una parte, me dicen que hay un agujero y alguien salió por él”.

A pesar de su destreza, nada se pudo hacer por la pasajera que viajaba junto a la ventanilla que se rompió con una pieza del motor dañado y que fue parcialmente aspirada por la pérdida de presión de la cabina, mientras otras siete personas sufrieron lesiones menores.

Pese al dramatismo de la situación, los testigos reconocen que la excombatiente del Ejército mantuvo la concentración en todo momento y transmitió seguridad a los pasajeros con un tono tranquilo.

“No hay palabras para expresar el miedo y la ansiedad que se vive en una experiencia como esta. Un gran agradecimiento para el equipo de tripulación y para la piloto Tammie Jo Shults por su trabajo y valentía bajo estas circunstancias, es una auténtica heroína estadounidense” dijo Diana McBride, una de las personas que iba a bordo.

Por su parte, el presidente de la NTSB, Robert Sumwalt, dijo que los investigadores clasificaron el incidente como una “falla mecánica”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE