Tenía domiciliaria un detenido por el crimen de Los Hornos
Edición Impresa | 3 de Abril de 2018 | 02:14

“Este crimen se podría haber evitado”, lanzó una fuente vinculada con la investigación del asesinato de Juan Carlos Toribio, el quintero boliviano de 28 años que el domingo fue atacado con una piedra cuando iba en moto por 173 y 72 a comprar bebidas durante el festejo de las Pascuas junto a su familia. Ayer, mientras los familiares y vecinos denunciaban en una protesta callejera que el episodio del domingo tuvo numerosos antecedentes de robos y asaltos en ese mismo lugar, en la revisión de antecedentes del adolescentes de 18 años detenido por el crimen, en la Justicia advirtieron que vulneró un régimen de detención domiciliaria por su presunta participación en otro asalto violento.
En suma, el joven solo tenía derecho a estar en su casa. Ahora la UFI 6, a cargo del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, investiga si en compañía de un chico de 15 años, también detenido el domingo y puesto a resguardo en un instituto de menores, prácticamente le destrozó la cabeza al horticultor, lanzándole un enorme cascote cuando pasaba en la moto.
Según la fuente consultada, el chico era menor todavía, pero imputable por delitos (tenía más de 16 años) cuando fue procesado en una causa por un ataque con un machete, en otro robo. Entonces, fue detenido y se dispuso el beneficio de la detención en un domicilio.
Los familiares y vecinos del joven boliviano temían desde hace varios años por la tragedia. Impulsados por el reclamo de seguridad en la zona y el dolor ante el brutal asalto que costó una vida, unos 60 horticultores cortaron el tránsito vehicular en la tarde de ayer a pocas cuadras del punto del trágico ataque.
Con pancartas, bombos y exponiendo a gritos el reclamo de justicia, los manifestantes se concentraron en las calles 66 y 173. Permanecieron delante de un grupo de efectivos de la Policía Local entre las 17 y el crepúsculo.
Antes de retirarse, uno de los agricultores comunicó que “desde la Municipalidad nos aseguraron que van a patrullar nuestra zona”.
“LE QUEDARON SUEÑOS TRUNCOS”
Entre los manifestantes estaba Roberto Toribio, hermano de la víctima.
“Esto pasó porque no tenemos seguridad. Con tantos robos que estamos sufriendo los quinteros desde hace 7 u 8 años, era de esperar que alguna vez todo terminara con uno de nosotros muerto”, reprochó el hombre.
Según sostuvo “a mi hermano quisieron asaltarlo hace dos meses en 73 y 167, cuando iba en su moto junto a un compañero. Pero no lograron robarles porque el amigo amagó con tirarles con una ojota y mi hermano aprovechó para acelerar y escapar”.
“Siempre Juan Carlos nos decía que esa iba a ser su reacción cuando quisieran asaltarlo. Pero este domingo, los asesinos no le dieron tiempo”, reflejó luego.
Acongojado, comentó que “es muy triste perder a un ser querido. Mi hermano era una persona de bien, trabajador y sólo preocupado por su familia, conformada por su mujer Hilda y tres hijos, dos nenas de 4 y 2 años y un nene de 7 años”.
Según apuntó Toribio “con ellos les gustaba salir a hacer algún paseo, que podía ser ir a tomar un helado. Pero como después de ser mediero venía alquilando las tierras donde sembraba sus verduras, quería seguir progresando. Y también comprarse un autito para visitar a nuestros padres a Bolivia. Esos sueños le quedaron truncos”, resumió apenado.
Roberto, a su vez, expresó que necesitan ahora la colaboración de autoridades oficiales, “porque queremos llevar los restos de Juan Carlos a Bolivia y no estamos al tanto de cómo hacer los trámites”.
Otro horticultor, Ever García (44), le dijo a este diario que “a partir de las 11 de la noche y durante la madrugada es cuando los delincuentes nos entran a las quintas a robar. Te llevan dinero, objetos de valor, animales y hasta ropa y elementos de trabajo”.
Luego precisó que “hay calles por las que se manejan como si nada, como la 78, por donde suelen agarrar después de los asaltos, aprovechando que no tiene iluminación. Pero también suelen circular por la calle 167 hasta Arana, otra que es tierra de nadie. Lo mismo que en calle 137 hasta Etcheverry, la 167 y 185 hasta la calle 620. O toman por ruta 36 hasta Poblet”.
Acotó que “los delincuentes ya tomaron de punto a horticultores de Los Hornos, Abasto, Olmos, Arana y Etcheverry”.
Eugenia Rivera (30), otra agricultora, puso el acento en la demanda “a los políticos, que intervengan de una buena vez para que dejemos de estar a la deriva ante el accionar delictivo. Se llevan lo poco que tenemos en nuestra precarias viviendas de quintas”.
Al lado suyo, Eulogio Rivera, citó que “nos roban en las quintas y también en las calles. Los vemos en moto, controlando nuestros movimientos. A Hilda, la esposa del muchacho que mataron, la vi llorando más de una vez porque le robaron en la calle”.
El lugar elegido para la protesta forma parte de la periferia de Los Hornos. Está próxima a las quintas donde estos horticultores viven aterrados por la inseguridad, contra la que se sienten solos.
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