El histórico portón del viejo Regimiento 7

Es, tal vez, uno de los iconos de la historia moderna de la Argentina e indudable punto de referencia para todos los platenses. Por allí salieron los soldados que, en aquellas aciagas jornadas de 1982, partían hacia una guerra. Por allí, los comandantes de la derrota, los hicieron regresar escondidos, privando a esos soldados héroes del recibimiento que se merecían.

Ese viejo portón histórico es un símbolo, el símbolo que -como tal- merece el respeto de todos.

El 2 de abril, como ocurre desde hace más de 30 años, fue el lugar para dejar los no menos históricos claveles rojos. Allí los viejos camaradas de armas volvieron a unirse en comunión con los que quedaron allá, en las islas.

Allí, hace apenas 48 horas, se unieron las lágrimas de los que aún llevan a Malvinas a flor de piel.

Sin embargo, el portón hoy está tapado de grafitis. Vandalizado con arte callejero de dudoso gusto.

Los símbolos, como tales, sirven para recordarnos quienes somos y de donde venimos. Nuestra responsabilidad es la de conservarlos y educar a los que nos siguen en el respeto que ese sitio merece.

La Plaza Malvinas es de todos, pero la conservación del lugar corre por cuenta del Municipio que, en este caso, le falló a la historia.