En España, silbaron a la reina Letizia tras el polémico video con su suegra, Sofía
Edición Impresa | 6 de Abril de 2018 | 03:50

MADRID
El desaire de la reina Letizia a la reina emérita Sofía de Grecia, en su primera aparición pública tras el incidente, le valió silbidos y gritos de “fuera” y “antipática” ayer en Madrid.
Las imágenes de la disputa, en la catedral de Palma de Mallorca, dieron la vuelta al mundo. Muestran a Letizia cuando impide, poniéndose frente al objetivo del fotógrafo oficial de la Casa Real, que su suegra pose con sus nietas Leonor y Sofía bajo la mirada perpleja y preocupada del rey actual Felipe VI y de su padre Juan Carlos I.
Un nuevo video publicado ayer por la revista Hola!, tomado desde otro ángulo, confirma el desprecio. Muestra a Letizia que saca la mano de la reina Sofía del hombro de Leonor, que a su vez bajo la mirada imperiosa de la madre aleja de sí la mano de su abuela.
Poco después, al salir de la catedral, Sofía besa en la frente a su nieta, y de inmediato Letizia se acerca y “limpia” con la mano la frente de su hija.
Letizia Ortiz, reina y ex periodista, considerada autoritaria y ambiciosa, recibió una lluvia de críticas. El cronista real Jaime Peñafiel escribió en el diario El Mundo que la consorte del rey de España paga “su mal carácter, su mala educación y su violencia”.
Según Peñafiel, Felipe VI tiene “pánico por las reacciones de su esposa” y “no sólo debería frenar a su consorte sino también impedir que su hija Leonor sea maleducada con su abuela”. Peñafiel escribe que en 2013, tras una rabieta de Letizia, Juan Carlos I le habría dicho a su hijo que se divorcie.
Según ha publicado la prensa española, al momento de anunciarse el compromiso entre Felipe y Letizia, hace quince años, la entonces reina Sofía estaba muy contenta con su nuera y, de hecho, la puso bajo su ala y le enseñó el camino dentro de la realeza. Pero tras el nacimiento de Leonor y Sofía, Letizia cambió. Se fue sintiendo más fuerte y segura y empezó a molestarle que su suegra visitara por las tardes a las pequeñas, y se lo hizo notar. La excusa era que las distraía de sus rutinas diarias. Sofía se ha quejado, entre sus allegados, de que cada vez ve menos a sus nietas. (EFE)
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