Por la escasez de monedas de dos pesos, vuelve un clásico: dar el vuelto chico en caramelos

Comerciantes dicen que los inconvenientes se dan cuando el cambio es de $4. Hay quienes terminan entregando el billete de $5

Edición Impresa

Lejos de la relevancia histórica que supieron tener la sal, el oro, la pólvora o las pieles, pero no menos ubicuos, los modestos caramelos volvieron a aparecer en escena como sinónimo de “cambio chico”. En las últimas semanas, ante la caducidad de los billetes de dos pesos -que muchos comerciantes consideran “apresurada”-, las monedas se tornaron esquivas y las golosinas más baratas coparon los mostradores platenses para saldar diferencias cada vez más recurrentes.

Días atrás, la Cámara Argentina de Comercio (CAC) expresó su “preocupación” por la cantidad de quejas que viene recibiendo la entidad relacionadas con la falta de monedas. “Recibimos reportes de nuestros socios del interior del país, sobre todo desde que salieron de circulación los billetes de $2 y se los reemplazó por monedas, reemplazo que parece no estar cubriendo las necesidades del mercado”, afirmó el secretario de la CAC, Natalio Grinman.

Los kiosqueros céntricos platenses, habituados a gestionar la sequía de cambio, en primer lugar apelan a la buena voluntad del cliente ofreciendo caramelos; si no hay acuerdo, redondean a favor del comprador.

“En la mayoría de los bancos, aunque seas cliente habitual, se excusan por no poder darte bolsas de monedas” explica Lautaro Collado, encargado de un polirrubro de la zona de diagonal 80 y 46: “se disculpan y aseguran que no las están recibiendo de Buenos Aires. Las que menos se consiguen son las de dos pesos bicolores, pero tampoco aparecen las nuevas de un peso y de cinco”.

Quien deposite butter toffees, recibirá pesos. Esta opción es la que eligen algunos kiosqueros, para que el consumidor no se sienta manipulado.

“Para despejar toda duda, les decimos que si vuelven al otro día aceptamos los caramelos por el valor que los dimos” precisan en un local de la zona de la Estación de Trenes: “justo tuvieron la brillante idea de poner el estacionamiento medido once pesos, y la gente suele pagar con veinte, o con quince. Ese peso once, que es parte de nuestro margen, lo terminamos cediendo seguido porque podemos darle cuatro pesos en caramelos a la gente”.

En el Banco Central afirman que la provisión de monedas es normal, que “a los bancos les estamos dando todas las monedas que nos piden” y que “los billetes de dos pesos se han canjeado mayormente por monedas, sin inconvenientes”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE