La educación técnica, una luz en el universo educativo
Edición Impresa | 26 de Mayo de 2018 | 01:12

Frente al dramático panorama planteado por miles de jóvenes que anualmente egresan del secundario, desafiados entre la realidad de una escasa formación propia y la de un mercado laboral cada vez más exigente, cualquier luz que se encienda, por pequeña o prematura que pueda resultar, despierta expectativas optimistas.
Estas conclusiones surgen como corolario de un reciente informe del área educativa, según el cual se advierte en los últimos años un incremento de la inscripción en las escuelas técnicas, derivado del creciente pase de alumnos de las secundarias comunes a las técnicas, que aumentó más de un 25 por ciento en un año.
Según se destacó, la inscripción inicial en las escuelas técnicas crece año tras año. Pero a ese fenómeno ahora se suma el pase de alumnos de secundarias comunes a las de aquella modalidad. Según datos del Consejo Provincial de Educación y Trabajo, en 2017 ingresó a 2º, 3º y 4º año (de los otrora industriales) un total de 4.855 estudiantes provenientes de otras modalidades. En el curso lectivo correspondiente a 2018 lo hicieron 6.092. Es decir, un 25,47 por ciento más.
Estas cifras revierten una tendencia negativa, que se acentuó en la década del 90, cuando se registró la declinación de la educación técnica, a raíz de la gran migración que se produjo en esa época hacia la educación convencional, despojándose a la primera de infraestructura y personal necesario para formar a los jóvenes en los distintos oficios.
A partir de allí, quedó patentizada la falta de capacitación de muchos jóvenes contenidos en una formación enciclopédica, de la que muchos, además, desertaron, sin contar con posibilidades laborales. Además, sin dudas que crecieron las dificultades de un país con altos niveles de desempleo o subempleo que afectan principalmente, a las generaciones más jóvenes.
Autoridades de la escuela industrial Albert Thomas pusieron de relieve ahora que lo que más atrae a los alumnos son los talleres y que este tipo de educación demuestra su importancia formativa por el muy escaso grado de ausentismo de los estudiantes.
En cuanto a las escuelas comunes, los últimos datos estadísticos conocidos tampoco dejan lugar a demasiadas dudas: sólo uno de cada tres chicos de entre 15 y 19 años de edad se encuentra preparado para ingresar al mundo del trabajo, tal como en su oportunidad lo destacó un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) en base a datos reunidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
La educación técnica –heredera directa de las escuelas sarmientinas de Artes y Oficios, cuyo rol formativo resultó trascendente- constituye una herramienta imprescindible para equilibrar la matrícula educativa del país, aunque antes ofrece a los jóvenes posibilidades laborales y de contención social inmediatas y de primer nivel.
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