Crimen del corredor de motos: en el otro auto quedaron tres balazos 9 milímetros

A casi una semana de que ocurrió, el crimen de Mariano Anello (26) sigue impune, mientras los investigadores avanzan en la identificación del auto desde el que habrían partido los disparos e insisten en la búsqueda de testigos que ayuden a despejar dudas. Familiares y amigos del joven corredor de motos refuerzan este pedido desde las redes sociales, aunque la respuesta no ha sido buena.

“Tenemos certificado que hay por lo menos siete personas que vieron y escucharon lo que pasó”, contó una fuente oficial a este diario, refiriéndose a “personas que estaban en la Plaza” Islas Malvinas cuando se desencadenó la balacera que mató a Mariano.

Como se ha venido informando, el caso se descubrió minutos después de las 2 de la mañana del viernes, cuando policías fueron a 17 y 53 con el dato de que una camioneta Peugeot Hoggar gris había chocado contra una columna de alumbrado y su conductor yacía adentro, inerte. Ya en el lugar, y con la constancia de que Anello había muerto, se especuló en un primer momento con un accidente trágico, hasta que el informe del forense que revisó el cuerpo echó por tierra esa versión al detectar un tiro debajo de la axila derecha.

Con el relato de una testigo que estaba en el lugar se empezó a reconstruir una escena posible: dijo que había escuchado un impacto, o detonación, en 17 y 54, tras lo cual vio avanzar a la camioneta de Anello por 54 y de 17 a 53, donde colisionó sin la intervención de ningún otro rodado, confirmaron fuentes oficiales.

En 17 y 54 los peritos encontraron una vaina servida del calibre 9 milímetros, aunque eso no explicaba en qué circunstancias había sido agredido Mariano. ¿Un intento de robo? ¿Una discusión?

La declaración de otro automovilista acercó una respuesta. “Lo más probable es que Anello haya recibido el disparo de manera casual, sin que estuviera dirigido a él”, deslizó un pesquisa.

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Es que ese testigo contó que casi a la misma hora del crimen, y cuando él circulaba solo en un automóvil de alta gama por 19, de 51 a 53, escuchó “varios ruidos en la parte trasera del coche”, que entonces adjudicó a “ruidos del motor”, refirió un vocero del caso. Según su versión, varias horas después advirtió que habían sido disparos, al observar las perforaciones en la chapa del vehículo. Tres, para ser exactos.

Se presume, entonces, que por un incidente de tránsito -o alguna otra cuestión- un automovilista persiguió a otro por la avenida 19, de 51 a 54, doblaron en esa esquina y siguieron por dicha arteria, de 19 a 13.

¿Mariano recibió el disparo en 54 y 17? La vaina servida en esa esquina haría suponer que sí, aunque los investigadores aclaran que “la vaina pudo llegar ahí de otra manera”. ¿Y lo que escuchó la testigo del accidente? Además, antes de 17 quedaron restos de vidrio de la ventanilla derecha de la camioneta, lo que refuerza la idea de que se rompió allí y no en otro sitio.

De cualquier modo, para despejar todas estas dudas serían de mucha ayuda los testigos y el material de cámaras municipales y privadas. Por lo pronto, los investigadores ya reunieron el material de dos dispositivos: el domo de monitoreo instalado en 19 y 51 y la cámara de un comercio de 17 y 54.

“Estamos viendo esos registros”, dicen, mientras que al auto agresor lo describen sin más detalles que el color -gris- y el tamaño: chico, de tres puertas.

Sí aclaran que todavía no pudieron determinar la patente, lo que refuerza -de nuevo- la importancia de los testigos.

Quienes hayan estado en inmediaciones de la Plaza Malvinas o la zona de 17 y 54 entre la 1.30 y las 2.30 de la mañana del viernes pueden presentarse en la fiscalía o llamar al teléfono (0221) 453-1272 para contar qué vieron o escucharon. Cualquier dato puede ser clave.

Por lo pronto, los peritos balísticos ya determinaron que las dos vainas encontradas en la avenida 19 (escenario de la primera balacera) son de la misma marca y calibre (9 milímetros) que la levantada en 17 y 54. “Antes de que este muchacho (por Anello) pasara por esta esquina, ya había unos patrulleros y un poco de revuelo, por un conflicto callejero con disparos”, recordó un comerciante de la zona, convencido de que “seguro tuvo la mala suerte de ligarse un tiro que no era para él”.

Investigan el gabinete de Homicidios de la DDI La Plata y la fiscal Virginia Bravo.