Debe garantizarse un buen refugio en las paradas de colectivos
Edición Impresa | 7 de Mayo de 2018 | 03:04

No deja de ser habitual que en esta columna se aluda muchas veces a las penurias que atraviesan muchos miles de platenses, obligados a esperar por largo tiempo a los distintos colectivos que necesitan tomar para llegar a sus trabajos u hogares, dadas las frecuencias irregulares con que lo hacen y que, en ocasiones, se traducen en demoras muy extensas.
Sin embargo, a esa situación de por sí mortificante se suma el agravante de que en muchas de las esquinas no existen refugios destinados a los pasajeros, bajo los cuales puedan ponerse a resguardo de las inclemencias climáticas y protegidos también del tránsito automotor.
Ahora, tal como lo señaló una nota publicada ayer, el reclamo por la falta de un refugio fue formulado por vecinos de 31 y 511, en donde los usuarios deben esperar los micros bajo la lluvia. Es claro que el problema atañe a muchas esquinas, algunas de las cuales sí cuentan con refugios aunque se encuentran en deplorables condiciones de mantenimiento.
El pésimo estado en que se encuentran muchos de los refugios existentes, implica para quienes esperan colectivos una incomodidad grave: como se ha dicho, frente a cualquier contingencia climática adversa, no tienen cómo protegerse; las personas mayores no se pueden sentar.
Pero, por otro lado, es una situación que contribuye a degradar el paisaje urbano con una apariencia de abandono que la Ciudad no merece. Muchos están cargados de afiches, carteles y leyendas que ni siquiera permiten establecer a qué línea pertenece cada parada. Está claro que el municipio tiene la obligación de mantenerlos en buenas condiciones y de hacer un monitoreo permanente para detectar aquellos que necesiten ser reparados.
Como se ha planteado en esta columna, los usuarios platenses del transporte público ya sufren suficientes penurias. Agregar la virtual desaparición de los refugios sería sencillamente demasiado.
Por si hiciera falta, ante la cercanía de la temporada invernal, debe recordarse que estas estructuras de las paradas de ómnibus no sólo son indispensables en los días de lluvia, sino también en los de temperaturas muy bajas. Sería oportuno que, de una vez por todas, el municipio cumpla con su obligación y ponga los refugios en condiciones.
Cabe decirlo una vez más: la cuestión debería inscribirse en la lista de prioridades porque afecta, como se ve, a gran parte de la población y también a la estética de la Ciudad.
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