Todos los demás animales que explotamos también son Pelusa
Edición Impresa | 10 de Junio de 2018 | 03:15

JORGE MOREIRA
Colectivo abolicionista por la Liberación Animal
“Me gustaría comenzar recordando algo evidente, a veces olvidado: los seres humanos somos, también, animales. No plantas, minerales, hongos o bacterias. Animales que componen sinfonías, envían satélites al espacio o escriben columnas para el diario, pero animales al fin, “monos con navaja”. Por ende, nuestra separación entre “nosotros” y “los animales” no es tal, equivale a decir “los platenses” y “los argentinos” cuando un conjunto incluye al otro. Compartimos con ellos el interés por disfrutar de nuestra vida, por no sufrir y sentirnos bien. Ellos también ven el mundo desde sus ojos, también lo huelen, lo tocan y lo oyen. También les duele si se los golpea o disfrutan de una caricia. No son ajenos al dolor (físico) ni al sufrimiento (psicológico), tampoco al placer. Son conscientes y experimentan un abanico más o menos amplio de emociones, según la especie. El caso de Pelusa, la elefanta presa durante medio siglo en nuestro zoo local, nos debe servir de ejemplo para repensar toda nuestra relación con los –demás- animales. Coala (Colectivo Abolicionista por la Liberación Animal), organización de la que participo, nació en agosto del 2013 al calor de una marcha exigiendo, casualmente, el cierre del zoo. De los allí presentes, muchos coincidimos en la necesidad de fomentar el no uso y explotación de los animales en todos los ámbitos, siendo el entretenimiento solo uno de ellos, representado por zoos, acuarios, circos con animales, riñas, jineteadas, etc. Pero también se experimenta en animales. También hay criaderos “de raza” donde viven en condiciones horrendas, a la par que miles viven en la calle y nadie los adopta. También usamos sus pieles, cuero, lana, plumas, cuando bien podemos abrigarnos con otras prendas. Por último, también los devoramos, cuando bien sabemos que podemos cubrir todas nuestras necesidades nutricionales con una alimentación sin carnes ni derivados animales. Todos esos animales también son “Pelusa”, también son separados de su hábitat, encerrados, maltratados y ruegan por su liberación. El desafío es ver a todos estos animales tal como vemos a nuestros perros, a nuestros gatos y a Pelusa”.
Colectivo Abolicionista por la Liberación Animal
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