Buena tarea del juez polaco, que condujo con autoridad

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Por EDUARDO TUCCI
Ex árbitro de Primera División

El árbitro polaco cumplió una buena tarea, condujo el partido con autoridad, sin necesidad sin la exhibición de tarjetas.

Es importante, porque durante el partido tuvo cinco acciones de área, donde una terminó en penal y otra fue desestimada. Superar esas acciones sin amonestación, es algo que se logra porque el jugador cree en el árbitro.

Tuvo sentido de la ubicuidad, transitando el campo por franja central y en las cercanías del juego, pero sin molestar.

Salvo en los primeros minutos, cuando cortó algo el trámite atento a la fortaleza física de los islandeses, cuando observó su buena fe, se soltó y le dio gran continuidad al juego.

LAS MANOS, BIEN DESESTIMADAS

Durante el partido, hubo tres acciones de manos, que el árbitro coherentemente desestimó. La más discutida por jugadores de Argentina fue una acción, a los treinta minutos del primer tiempo, donde la pelota rebota en el cuerpo del defensor islandés y luego da en la mano, por lo tanto es insancionable.

Es auspiciosa la tendencia de los árbitros a ser más flexibles a la hora de sancionar penales por mano, es entendible que se proteja al jugador que muestra involuntariedad.

Tuvo el juez dos situaciones de área con resultados diversos. En el penal sancionado, vio un empujón que derribó a Meza, en tanto que la acción sobre Pavón, la observó como un contacto propio del juego.

Escuché en las últimas horas sobre cualquier situación de conflicto qué pasa con el VAR y quiero aclarar que el VAR nunca participa en acciones que dejan margen para la subjetividad del árbitro central, mucho menos cuando muestra haberla observado. En definitiva, el polaco Marciniak tuvo un trabajo que en cualquier café futbolero platense se definiría con el viejo y querido “pasó desapercibido”, una tácita aceptación del arbitraje.

Vuelvo a apuntar algo que señalé en la columna anterior, me sorprende gratamente el comportamiento de los jugadores, sin revolcones ni brusquedades, respetando rivales y autoridades. Esa era una deuda pendiente y la estamos saldando.

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