El Papa llamó a poner fin a la ola de violencia en Nicaragua

Durante el fin de semana hubo otros siete muertos y ya suman 100 las víctimas fatales por la ola de protestas contra el gobierno de Daniel Ortega

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ROMA Y MANAGUA

El papa Francisco llamó ayer al diálogo en Nicaragua luego de que nuevos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden dejaran al menos siete muertos, en el marco de las protestas antigubernamentales que en siete semanas dejan más de 100 fallecidos.

La Iglesia ha intentado mediar en la creciente crisis en el país centroamericano, pero canceló las conversaciones de paz con el gobierno del presidente Daniel Ortega la semana pasada, después de que una marcha encabezada por madres de víctimas derivara en al menos 16 muertos.

CRECIENTE REPRESIÓN

La violencia volvió a estallar el sábado, cuando los manifestantes dispararon morteros caseros para defenderse de la represión policial en la ciudad de Masaya, cerca de Managua, y en Tipitapa, al norte de la capital.

Los nuevos disturbios dejaron al menos siete fallecidos, incluido un ciudadano estadounidense que, según informes, fue asesinado por una turba afín al gobierno en un incidente separado en Managua.

“Me uno a mis hermanos obispos de Nicaragua y a su dolor por la violencia cometida por grupos armados”, dijo el papa Francisco el domingo en la oración del ángelus en la plaza San Pedro del Vaticano.

“La Iglesia sigue siendo favorable al diálogo pero para eso pide el compromiso efectivo de respetar la libertad, y antes que nada, la vida”, agregó.

El gobierno de Daniel Ortega, en un mensaje de condolencias por la muerte del cardenal Miguel Obando ayer, respondió al llamado del Papa, afirmando la “absoluta disposición de continuar trabajando por el diálogo, la justicia, la democracia” de Nicaragua.

DENUNCIA EN LA OEA

En paralelo, organismos de la sociedad civil denunciaron este domingo ante la sede de la OEA en Washington la violación de derechos humanos del gobierno de Ortega. El caso de Nicaragua “no puede obviarse en la agenda” de la 48ª asamblea general que comienza el lunes, dijo la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos Vilma Núñez.

Fuentes diplomáticas dijeron que el caso de Nicaragua, además del de Venezuela, podría motivar una resolución en la asamblea, a pesar de que el tema no está en el borrador de temario.

Estados Unidos, junto a otros países, y grupos de la sociedad civil están luchando para que la crisis en Nicaragua ocupe un lugar relevante en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En respuesta, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, dijo hoy en Twitter: “condenamos el uso de la fuerza contra manifestantes y exigimos se frene la violencia en #Nicaragua ya”, pero durante el discurso con el que abrió el diálogo con la sociedad civil no mencionó a Nicaragua.

Las protestas contra Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide su renuncia, después de 11 años en el poder, con acusaciones de abuso de poder y corrupción

La Conferencia Episcopal de Nicaragua canceló su intento de mediar en el conflicto luego de la dura represión de la marcha del miércoles pasado, alegando que el diálogo era imposible mientras “el pueblo siga siendo reprimido y asesinado” por “grupos cercanos al gobierno”. La Iglesia católica se ha visto crecientemente atrapada en el conflicto.

El sábado, una iglesia en el centro de Masaya abrió sus puertas para brindar refugio y atención médica a 21 residentes que habían sido detenidos y, según informes, maltratados por la policía (AP, EFE y AFP).

 

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