Emotivo adiós al padre Farinello desde su barrio y de dirigentes

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Los restos del sacerdote católico Luis Farinello son velados desde ayer a las 14 en la parroquia Nuestra Señora de Luján, popularmente conocida como Caracol por su estructura arquitectónica, en el partido bonaerense de Quilmes, y sepultados en el cementerio municipal de Ezpeleta.

El velatorio del cura que ofició en esa parroquia hasta 2000, se extenderá hasta las 10:30 hoy, cuando sus restos serán trasladados para su sepultura en el cementerio de Ezpeleta, ubicado en Avenida Hipólito Yrigoyen 4936, lindante con Avenida Mitre, en el partido de Quilmes, informaron fuentes eclesiásticas.

Se estima que la sepultura se realizará a partir de las 11 de mañana en este cementerio donde la parroquia tiene destinada una parcela para sus sacerdotes fallecidos, precisaron las fuentes.

Ayer sus vecinos, dirigentes sociales y políticos le fueron dar el último adiós.

Farinello murió el sábado a los 81 años en el Hospital de Quilmes, donde había ingresado a las 17.30 con un cuadro de insuficiencia cardíaca.

Según sus llegados, los médicos de ese centro de salud intentaron reanimarlo, pero no lo lograron y finalmente falleció.

También relataron a Télam que Farinello había sufrido hace unos meses un accidente cerebro vascular (ACV), el segundo después del que sufrió en marzo de 2012 cuando debió ser internado en el Hospital Florencio Varela.

Farinello había nacido el 8 de febrero de 1937 en la localidad de Villa Domínico, en el partido bonaerense de Avellaneda, en el seno de una familia obrera.

El cura fue parte del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, trabajó como albañil siendo religioso, y durante la dictadura militar (1976-1983) se sumó a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), en sintonía con los lineamientos pastorales del Obispado de Quilmes.

 

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