De la mano del Comandante Galopante
Edición Impresa | 6 de Junio de 2018 | 03:08

Hijo de cerrajero y amante del deporte amateur, Ferenc Puskás mamó desde pequeño el amor por fútbol. “El balón siempre fue mi mascota”, solía repetir. A partir de ese crecimiento constante con la pelota en sus pies, desarrolló habilidades que impresionaban a propios y ajenos para la época. Si por algo se caracterizó el juego de Puskás fue por su dominio de la zurda. Totalmente capaz de dar asistir de manera perfecta a los extremos, como de tirar a portería con una potencia increíble. A partir de todo esto, y con los logros obtenidos con su selección tanto en los Juegos Olímpicos, como en las goleadas históricas, se le ha llegado a nombrar máximo goleador del siglo, por parte de la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol.
En la Copa de 1954, Puskás fue el jugador clave de los recordados Mágicos Magyares, con cuatro goles convertidos, en cinco cotejos disputados.
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