“No existen personas buenas o malas sino las que comprenden o no”

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Carlos Sorín estrenó su último filme, “Joel”, en el cual se mete en el mundo de la adopción y la discriminación escolar, con un intento de no mostrar “buenos y malos” y de que el espectador se ponga en el lugar de los personajes.

Diego y Cecilia adoptan a Joel, un niño de 9 años oriundo de la Provincia de Buenos Aires, que se muda al inhóspito pueblo fueguino de Tolhuin. Allí, la flamante familia intenta adaptarse a la nueva situación y de tener una vida tradicional con el nene en un colegio.

Sin embargo Joel comienza a tener problemas con los padres de sus compañeros por supuestas andanzas que habría tenido más de chico en su San Justo natal. Esto desemboca en una reacción profundamente negativa por parte de los adultos, que hace honor al clásico “pueblo chico, infierno grande”.

“No quise hacer una película maniqueísta. Eso hubiera sido fácil. Todos tienen sus motivos y son todos igual de razonables. Se trata de víctimas contra víctimas. No existen las personas buenas o malas, sino las que comprenden o no. Hubiera sido fácil hacer el buenos contra malos, quería que el espectador se pusiera en el lugar de los padres”, dijo Sorín en una reciente entrevista.

Para el filme, el autor de “Historias Mínimas” y “La película del rey”, llevó adelante una investigación que incluyó familias que adoptaron con la vieja ley, con la que se llegaba a tardar años en conseguir la tutela, y con la nueva, algo más laxa.

“Pese a tomarme licencias, porque no deja de ser una ficción, procuro conocer cómo funcionan los temas que trato en la realidad”, sostuvo quien se encuentra presto a filmar en febrero “Best seller”, además de una serie de ficción sobre Cromañón.

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