El legado de Mandela ya no alcanza

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JOHANNESBURGO

Por NEREA GONZÁLEZ

Casi un cuarto de siglo después de que Nelson Mandela se convirtiese en el primer presidente negro de Sudáfrica, estreno de una democracia que hablaba de reconciliación tras décadas de segregación racial, el país sigue en lucha por cerrar sus heridas y es uno de los más desiguales del mundo.

Aunque el legado moral del “padre de la nación” -de cuyo nacimiento se cumplen 100 años mañana- siga vigente, para un gran sector de la población esa herencia no culminó en una emancipación real, ya que más de la mitad de los sudafricanos vive en la pobreza.

Según el Banco Mundial, el 1 % mejor posicionado de la sociedad sudafricana posee el 70,9 % de la riqueza total del país, mientras que el 60 % con menos recursos -por razones históricas, mayoritariamente población negra- concentra sólo el 7 %.

“Como la esclavitud y el ‘apartheid’, la pobreza no es natural. Es creada por el hombre y puede ser superada y erradicada por la acción del ser humano”, afirmó Mandela en un recordado discurso.

Sin embargo, la brecha de la desigualdad permanece pese a que el mismo movimiento de liberación que contó a Mandela entre sus líderes, el Congreso Nacional Africano (CNA), ocupa el poder desde el fin del “apartheid”.

El CNA ha ganado todas las generales desde 1994 con más del 50 por ciento de los votos, pero en los últimos años afrontó duras protestas y movimientos sociales encabezados por aquellos a quienes promete proteger.

Aunque Sudáfrica tiene mucho por hacer en muchos ámbitos, la expresión pública de ese malestar ha tenido cuatro grandes puntas de lanza en los últimos tiempos: la masacre de mineros de Marikana, una ola de violentas protestas de estudiantes por el acceso a la educación, la creciente tensión social por el reparto desigual de la tierra y el hastío con la corrupción.

En 2012, la matanza de la mina de platino de Marikana marcó un antes y un después en la democracia sudafricana: 34 mineros que participaban en una huelga para exigir una mejora de sus paupérrimas condiciones murieron al abrir fuego la Policía contra los manifestantes. (EFE)

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