Preocupantes fallas en los hospitales públicos bonaerenses

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No han faltado ocasiones a lo largo de los últimos años en los que debió tratarse el problema de las serias deficiencias que aquejan a los hospitales públicos ubicados en La Plata, sean ellas funcionales o de infraestructura edilicia. Esas falencias pusieron en evidencia la necesidad de que el Estado bonaerense preste una continua y mayor atención a todos los centros de salud.

En ese contexto se conoció que, ahora, la rotura de una caldera dejó sin calefacción al Policlínico platense y que tanto los pacientes que se encuentra internados como los profesionales y auxiliares de la salud debieron apelar a diversas alternativas, para evitar que el frío avanzara sobre algunas salas. Cabe señalar que desde el ministerio de Salud se aseguró que el problema de la falta de calefacción quedará resuelto para este fin de semana.

Las áreas afectadas por la falta de calefacción son dos salas de internación, donde por el momento se combate el frío con caloventores, ofrecidos por las autoridades sanitarias para resolver en forma provisoria el problema de las bajas temperaturas.

Algunas de las protestas apuntaron al hecho de que los caloventores resultarían insuficientes para dar calidez a dependencias que son muy espaciosas. Desde el Ministerio se aseguró que ya se concretó la compra de una caldera y la contratación de una grúa que se hará cargo de emplazarla, en una tarea que finalizará, a más tardar, este sábado, según afirmaron.

Además de confiar ahora en que se concreten las obras que hacen falta para que el Policlínico vuelva a disponer de su sistema de calefacción en perfectas condiciones, debe no obstante advertirse, una vez más, que parece haberse llegado -en lo que se refiere a la estructura edilicia de los hospitales públicos- a un punto crítico y que, por consiguiente, las autoridades de Salud debieran impulsar una reacción acorde a los valiosos antecedentes y al servicio que prestan.

Está claro, una vez más, que la falta de inversiones en mejoras estructurales, especialmente en las últimas décadas, constituye una clara omisión por parte de las sucesivas administraciones de salud bonaerense. La ausencia de recursos presupuestarios, ya no para construir hospitales nuevos -tal como alguna vez hizo la Provincia en cantidad y calidad suficientes- sino, al menos, para garantizar el mínimo equipamiento y mantenimiento, así como cubrir las reparaciones urgentes, han llevado las cosas a un grado de déficit funcional verdaderamente desalentador.

Se habla de hospitales que han sido de verdadera vanguardia científica, formadores de sólidos profesionales y que fueron rectores en lo que se refiere a actuar como modelos de óptimas políticas sanitarias. Establecimientos que, además, sirvieron como trascendentes centros de derivación y que, por consiguiente, confluyeron para convertir a la capital provincial en un polo médico de excelencia, necesario para elevar los niveles de calidad sanitaria en toda la Provincia.

Es de esperar, entonces, que no sólo se superen primeramente las contingencias que surgen por la falta coyuntural de recursos imprescindibles para garantizar un debido funcionamiento, sino que se avance en el sostenimiento de políticas sanitarias acordes a los antecedentes y al servicio que deben seguir prestando estos referentes de la salud en la Provincia.

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