Guillermo García Ceppi
Edición Impresa | 19 de Julio de 2018 | 01:51

A los 90 años falleció Guillermo García Ceppi, un abogado de dilatada trayectoria en la Ciudad.
Nació el 5 de mayo de 1928. Vivió su niñez en esta ciudad y parte de su adolescencia en Dolores, donde se radicó por la labor judicial de su padre, el abogado Pedro Iván García; su madre fue Alicia Ceppi y creció junto a sus hermanos Jorge y Alicia Noemí - ya fallecidos -.
Formó parte de una familia en la que su abuelo, padre, hijos, nietos y primos se caracterizaron por una sólida formación y desempeño jurídico. En ese medio nació su vocación por la ley.
Cursó el ciclo primario en la Escuela N°2 y se graduó como bachiller del Colegio San José.
Joven aún prestó servicios en Tribunales y cuando obtuvo el título de abogado de la Universidad Nacional de La Plata, ingresó en la dirección Provincial de Personas Jurídicas donde alcanzó funciones jerárquicas. También ejerció la profesión de manera independiente.
En 1960 se casó con Alicia Pérez Duprat, juntos compartieron 58 años de un armonioso matrimonio. La familia creció con los nacimientos de Marialé y Federico. De una gran inclinación hacia la familia, se transformó con los años en el incondicional y querido abuelo de Celina, Mateo, Lola y Mora.
El fallecimiento de su hija Marialé marcó en él un quiebre emocional que le fue muy difícil superar.
Junto a su esposa, la música, la lectura y la información actualizada, ocupó gran parte de su tiempo libre. También planificó y realizó viajes con amigos entrañables dentro y fuera del país.
Durante años integró la comisión directiva de la Asociación de Amigos del Museo de Instrumentos Musicales “Dr Emilio Azzarini” y aportó asesoramiento jurídico en su constitución.
Fue socio del club Estudiantes y socio fundador, en 1973, del tenis Club La Plata. Hasta los 80 años participó de frecuentes torneos amateurs de ese deporte. Representó muchas veces a su club junto a otros jugadores y verdaderos amigos. También fue parte del club de rugby Los Tilos donde construyó perdurables lazos de afecto entre sus compañeros.
Ya retirado de su profesión, eligió City Bell como lugar de residencia y se vinculó con personas y entidades como la asociación Lumen Artis y el Teatro de Cámara, del que fue socio fundador.
Su trayectoria intachable, su probada honestidad, su generosidad, fruto de sanos y firmes propósitos, serán sin dudas recordados por los que lo conocieron.
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