Reconstruir la Selección desde las ruinas, el gran desafío que se viene
Edición Impresa | 2 de Julio de 2018 | 04:31

Por NICOLÁS NARDINI
nnardini@eldia.com
Todavía está fresca la sensación de desazón que invadió a todos los futboleros del país por la prematura eliminación de la Selección Nacional del Mundial de Rusia. Pero ya es momento de dar vuelta la página y pensar en lo que sigue, porque están a la vuelta de la esquina la Copa América Brasil 2019 y el proceso eliminatorio para la próxima Copa del Mundo.
Sampaoli ya es historia para el equipo nacional. Se vaya por las buenas (si da un paso al costado, algo a lo que de momento no parece estar dispuesto) o por las malas (empujado por la dirigencia, que buscará evitar de todas las maneras posibles gastar 15 millones de dólares en la indemnización) el entrenador es altamente probable que no permanezca en un banquillo que le quedó gigante.
El error, entonces, fue haberle dado casi un cheque en blanco a Sampaoli y que la “nueva” AFA le haya firmado un contrato casi vitalicio. Tras el papelón dentro y fuera del campo, su figura no se sostiene un minuto más. Fue un DT que permitió que le manejaran los planteos y hasta la elección de la lista de buena fe para Rusia, así como la de quienes debían ser titulares en los encuentros jugados en la Copa del Mundo. No tuvo una pizca de personalidad para imponer sus ideas y, mucho menos, para dar un paso al costado cuando si figura pasó al plano de lo decorativo. Se prestó al ridículo cuando, a la vista de todos los reporteros gráficos del mundo, se prestó a una escena pre-armada en la que parecía compartir un armado táctico del equipo junto a Mascherano. Fue la imagen de la decadencia de su olvidable ciclo.
Con Sampaoli, ya hay dos jugadores que avanzaron que no seguirán: Mascherano y Biglia. Detrás de ellos, podrían seguir los pasos Di María, Higuaín, Banega, Caballero y varios más. En definitiva, lo más saludable sería rescatar de esta generación a la que la gloria le pegó en el palo al mejor de todos, Lionel Messi, y alrededor del crack rosarino conformar una base más joven, fresca y con futbolistas que estén en la cresta de la ola en sus carreras.
¿Nombres? Hay varios. Y de jerarquía: Rulli, Armani (arqueros), Bustos, Otamendi, Mammana, Foyth, Pezzella, Funes Mori (defensores), Acuña, Paredes, Rigoni, Ascacibar, Kranevitter, Lamela, Ángel y Joaquín Correa, Ocampos, De Blasis (volantes), Dybala, Icardi, Lautaro Martínez, Pavón, Meza (delanteros), son sólo algunos de los tantos nombres que aparecen, entre jóvenes y otros que se salvan del actual ciclo, que generan ilusión.
SIMEONE: CONSENSO CASI TOTAL
Diego Simeone es, con distancia, el mejor entrenador argentino en la actualidad. Su llegada generaría una enorme ilusión por capacidad y liderazgo. No asoma como una empresa fácil de lograr. Tiene un merecido contrato top en el Atlético de Madrid. Su arribo, pasaría más por una devolución del Cholo por todo lo que le dio el fútbol argentino, que por una imposible competencia en el plano económico con los “colchoneros”. De momento, asoma como el sueño de muchos futboleros. De hacerse realidad, se abriría de par en par la puerta a la ilusión de una reconstrucción tan necesaria como urgente.
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