Un engorro que genera además una mala atención

Edición Impresa

MARTÍN GAMES
Sociedad Platense de Ortopedia y Traumatología

“El atraso del nomenclador médico del IOMA resulta no sólo un engorro para miles de pacientes, que tienen que iniciar trámites de excepción por prácticas que hoy son habituales, sino que deriva en una mala atención. Y es que más allá de las demoras que implica lograr que la obra social autorice esas prácticas, muchas de las que no están nomencladas son precisamente las prácticas más nuevas, que por ser mínimamente invasivas, permiten reducir tanto los riesgos como los tiempos de internación.

Un ejemplo de ese contrasentido está en la artroscopia de cadera, una cirugía no nomenclada ni convenida por el IOMA que permite prevenir que pacientes jóvenes con artrosis de cadera requieran luego una prótesis. Al no estar reconocida esta intervención, muchas de esa personas terminan teniendo que recambiarse la prótesis cada cuatro o cinco años, con todo el impacto que esto tiene sobre su calidad de vida y el costo extra que representa a largo plazo para la obra social.

Pero la artroscopía de cadera no es el único caso de una práctica habitual no nomenclada por el IOMA. Tampoco lo están la cirugía percutánea de juanetes (técnicamente hallux valgus), la revisión de prótesis de cadera y la fractura periprotésica de cadera, por mencionar sólo algunos casos que es preciso revisar en forma urgente para que sean incluidos en el nomenclador”.

 

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