Madeira, un paraíso natural para senderistas, en la patria bonita de Cristiano Ronaldo
Edición Impresa | 22 de Julio de 2018 | 07:21

Por MANUEL MEYER (DPA)
FUNCHAL.-En 2017, Madeira fue elegida por tercera vez consecutiva como el mejor destino turístico isleño en el mundo. ¿Qué es lo que hace tan especial la “isla de las flores” en el Atlántico, que este año celebra el aniversario 600 de su descubrimiento por los portugueses?
Cuando la mayoría de la gente piensa en una isla de ensueño, probablemente le viene a la mente imágenes de playas de arena tan blanca como la nieve, agua de color turquesa, cocoteros y calor tropical. Madeira, sin embargo, no tiene fama de ser un paraíso para el turismo de playa ni las temperaturas del mar son muy altas.
La isla volcánica frente a la costa oeste de África ya fue descubierta en el siglo VI antes de Cristo por fenicios. Sin embargo, en 1418, el portugués Joao Goncalves Zarco desembarcó después de una tormenta en la isla vecina de Madeira y, en señal de gratitud, la bautizó como Porto Santo. Un año después, el navegante también conquistó para Portugal la isla principal, Madeira.
Este año y en 2019, la isla ha desarrollado para celebrar el aniversario 600 de su conquista por Portugal un amplio programa de eventos, exposiciones y fiestas populares. El hijo más famoso de la isla es Cristiano Ronaldo. “Madeira tiene algo que ofrecer a todo el mundo. Son tantos los lugares bonitos en la isla”, afirma el futbolista profesional.
“Durante todo el año, el clima es agradablemente templado. La calidad de los hoteles y los servicios es muy alta y la infraestructura es excelente”, subraya Ronaldo. Además, Madeira es un destino turístico muy seguro. La isla atrae a senderistas, buceadores, turistas de playa, gourmets y personas aficionadas a la cultura.
Ronaldo es algo así como el rey de Madeira y, sin duda, la mejor propaganda internacional para su isla natal. Esto queda claro desde el momento mismo en que uno llega a la isla. “Acabamos de aterrizar en el aeropuerto internacional “Cristiano Ronaldo” de Madeira”, dice la azafata.
El año pasado, Ronaldo, cinco veces nombrado mejor futbolista del mundo, personalmente rebautizó con su nombre el aeropuerto de Funchal. Antes de que los turistas se dirijan al hotel, tienen que hacer rápidamente la obligada foto con el busto de Ronaldo en la salida del aeropuerto. El busto inicial fue sustituido en junio por otro, porque la cabeza de bronce original estaba tan desfigurada que había suscitado muchas burlas.
Solo pocos turistas viajan a Madeira para explorar las huellas de Ronaldo. “Sin embargo, a muchos turistas no les llamaba la atención Madeira hasta que se enteraron de que Ronaldo es originario de aquí”, dice Nuno Viveiros, director del Museo CR7.
Las siglas de Ronaldo y su número de dorsal son un imán turístico. “Actualmente somos el museo más visitado en la isla”, señala Viveiros, quien es también primo de Ronaldo. Unos 250.000 visitantes ya han contemplado la colección de copas y trofeos del jugador. Los fans también pueden ver en el museo camisetas firmadas y correos de aficionados de todos el mundo. Las botas de fútbol del hijo predilecto de Madeira están expuestas en vitrinas iluminadas como si fueran valiosos objetos de arte.
Junto al museo se encuentra el nuevo “Hotel Pestana CR7”. De cuatro estrellas, es uno de los más modernos y más frecuentados de la isla. Un sitio elegante con una enorme piscina. El bar en la azotea ofrece una magnífica vista del puerto de cruceros. Sin embargo, no al todo el mundo le gusta dormir bajo cuadros de Ronaldo.
Pero Madeira es mucho más. La isla es sobre todo un paraíso natural para senderistas. En 1999, los bosques de laureles de Madeira fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Ya en el año 1860, la emperatriz Sissi de Austria se trasladó a Madeira por su agradable clima templado para someterse a una fisioterapia respiratoria. Estaba encantada con la colorida naturaleza de la isla con sus alrededor de 760 diferentes varieades de plantas y flores. Sin embargo, este día casi no se puede ver nada de la vegetación. Está lloviendo y hay una densa niebla. Aun así, es fácil encontrar el sendero de Queimadas, que atraviesa el parque natural hasta Caldeirao Verde, el valle verde en el centro de la isla.
Solo hay que seguir las “levadas”, estrechos senderos que discurren junto a antiguos canales de irrigación. “Los primeros canales ya fueron construidos por los portugueses a finales del siglo XV para conducir agua potable desde el interior de la isla hacia la costa”, explica el guía Samuel Freitas.
Actualmente, las “levadas” conforman una red de senderos de más de 2.000 kilómetros que atraviesa la isla a diestro y siniestro.
EN AVIÓN
Un pasaje ida y vuelta a Madeira se puede conseguir por 45.000 pesos el más económico.
PARAÍSO DE LA FRUTA
Madeira es un verdadero paraíso de la fruta. Se puede encontrar aguacates, plátanos, cerezas, chirimoyas o papayas, usadas con frecuencia para enriquecer comidas. Convertidas en zumos son una auténtica delicia.
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