El arbolado platense, un legado para todas las generaciones
Edición Impresa | 26 de Julio de 2018 | 02:08

Son muy frecuentes en nuestra ciudad –mucho más de lo que debieran ser- los reclamos de vecinos, de especialistas, y de organizaciones ambientalistas por lo que consideran operativos de poda mal realizados, que pueden causar daños graves e irreversibles al arbolado público, a raíz de los cortes que se practican en los ramajes que eliminan virtualmente todas las copas o buena parte de ellas.
Y es también habitual que esta administración municipal, como algunas de las anteriores en las últimas décadas, defiendan el accionar de las cuadrillas comunales, de modo que se encuentra planteado un debate que debiera ser dirimido de una vez por todas, no sólo para evitar reclamos y controversias, sino, fundamentalmente, para que exista seguridad sobre la calidad de las podas oficiales que se realizan.
Sería aquí muy extenso transcribir los numerosos dictámenes emitidos por organismos universitarios, por ingenieros agrónomos y por especialistas, acerca del modo en que deben realizarse las podas del arbolado público. En ellos se han detallado en forma minuciosa los alcances que deben tener los recortes y despuntes propios de la poda, sino también las épocas en que deben realizarse. Sin embargo, ha sido común que, en muchos de los operativos de poda de la Municipalidad, los responsables hayan hecho oídos sordos de estas opiniones y también de los reclamos vecinales y de entidades de defensa forestal. No son pocos los operativos de poda que se realizan fuera de época y que, además, se convierten en verdaderas talas o mutilaciones de los ejemplares.
Carentes en muchos casos de fundamentos técnicos, excesivas, mal ejecutadas, intempestivas, innecesarias, gravosas para la salud de los ejemplares. Con todos estos calificativos, formulados reiteradamente en los últimos tiempos por habitantes de diferentes barrios, por ingenieros forestales y organizaciones ambientales, fueron calificadas gran parte de las podas ejecutadas por las sucesivas administraciones de Espacios Verdes.
Corresponde, por consiguiente, insistir ante la Comuna para que no se aparte en absoluto, en materia de preservación del arbolado público, de lo que dictaminan los expertos forestales y las propias ordenanzas. Lo que debe preservarse, también, es la riqueza ambiental que supone una ciudad arbolada y, en ese sentido, ha sido muy estimado siempre el aporte de especialistas formados en las aulas de la Universidad Nacional de La Plata, cuyos trabajos científicos y consejos nuestra ciudad nunca dejó de valorar.
En el caso de La Plata, conviene asimismo reiterar que, al ser fundada, nació con premisas urbanísticas y culturales de vanguardia y que, entre las más salientes de ella, figuraba la de contar con un arbolado público de excelencia. Fueron muchas las generaciones que cumplieron con el deber de preservar y acrecer ese patrimonio y, por consiguiente, le corresponde a las actuales autoridades municipales respetar –y no malograr- ese legado.
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