Reclamos por la falta de veredas en la periferia

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En distintos barrios de la periferia platense los vecinos tienen que hacer malabares para caminar por la falta de veredas. En Melchor Romero exigen que la Municipalidad se ponga firme y controle la situación porque hay numerosas zonas en las que no queda otra que circular por la calle y los riesgos de accidentes van en alza.

Enrique Pérez Balcedo apunta, “mientras en el casco céntrico el Estado municipal busca incentivar el uso de las bicicletas y favorecer a los peatones, en los barrios de la periferia del Gran La Plata los vecinos consideran un lujo poder transitar por veredas”.

En la zona de Melchor Romero, es habitual ver el desplazamiento de personas en sillas de rueda o madres que circulan con sus hijos en cochecitos, por el medio de las calles, esquivando pozos y autos.

“Es que el Estado Municipal a pesar de existir una ordenanza clara que obliga a los propietarios a construir veredas, no ejerce un control sobre el cumplimiento de esa norma y no interviene para que las mejoras se lleven a cabo”, agrega el frentista.

Para los vecinos, la Municipalidad debiera intervenir para exigir el cumplimiento de las normas, y si un vecino no puede construir su vereda, tienen que generarse alternativas para que pueda concretarse, porque se afecta el espacio público compartido.

En los sectores urbanizados de barrios como La Granja, Melchor Romero o Abasto es imposible caminar dos cuadras seguidas por una vereda, con excepción de la nueva avenida 520, inaugurada hace diez años.

EN PERMANENTE RIESGO

Los vecinos aseguran que en la periferia ser peatón significa estar en permanente riesgo porque hay que circular por los mismos carriles que circulan los autos, con el agravante de que las calles son más angostas que lo permitido y muchas de ellas, son de tierra.. También existen veredas demasiado angostas que son ocupadas por autos o están bloqueadas. Es todo un gran problema para quienes tienen dificultades motrices.

Desde 2010 rige la ordenanza municipal 10.681 que regula las condiciones de las obras particulares y establece las características de cercos y veredas. Al referirse a estas últimas, la norma es clara en cuanto a la obligatoriedad de su construcción, con características diversas según la zona del partido de La Plata.

“Pero al no existir un control sobre la aplicación de la norma, la ordenanza es una mera sugerencia para quienes estén dispuestos a cumplirla”, apuntan en Romero, al igual que en otros barrios.

A simple vista se puede observar a diario, que cientos de personas van a sus trabajos o chicos van a las escuelas, deambulando entre autos por las calles al no tener veredas. “El problema está tan incorporado que ya forma parte de lo natural para muchos vecinos”, resumen.

 

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