El ejemplo, la forma más efectiva de educar

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Si bien el común de los padres reconoce que mirar demasiada televisión o pasar muchas horas al día en la computadora puede perjudicar el desarrollo físico, social e intelectual de sus hijos, no todos manejan los mismos parámetros sobre lo que es “demasiado” y, por otra parte, quienes intentan ponerles límite admiten en su mayoría que no sólo implica un desafío grande sino uno bastante difícil de sostener.

Uno de los principales obstáculos que advierten psicólogos y psicopedagogos en los intentos de los padres por limitarles las horas de pantallas a sus hijos es precisamente que ellos mismos tampoco lo hacen, ya sea por placer o por necesidad laboral. “No importa tanto lo que se les dice como el ejemplo que uno les da, y hoy muchos chicos ven que sus padres pasan muchas horas frente a una computadora o con el celular”, afirman.

“Es comprensible que no muchos no consigan establecer y hacer cumplir normas adecuadas para el uso de los medios electrónicos por parte de sus hijos cuando ellos mismos están constantemente conectados a internet o recibiendo y enviando mensajes en el celular en momentos inapropiados”, señala la doctora Catherine Steiner, autora del libro “La Gran Desconexión: proteger la infancia y las relaciones familiares en la era digital”, quien sugiere a los padres evitar revisar el correo o atender constantemente el teléfono frente a sus hijos cuando no hay necesidad.

 

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