“Por falta de interacción, no pueden dar respuestas adaptativas al ambiente”

Edición Impresa

“La mayoría de estos chicos llegan derivados por sus pediatras debido a un retraso del lenguaje, que muchas veces ya habia sido notado a su vez por las maestras en el jardín. Entran al consultorio y ya de entrada se hace evidente que no miran a los ojos, no te registran; deambulan sin sentido con actitud inquieta, muchas veces con movimientos de aleteo en las dos manos. Como se trata de características asociadas a trastornos del espectro autista, uno empieza buscando por ahí, pero no aparece ninguna alteración neurológica; los estudios de laboratorio dan bien. Entonces al indagar a los padres resulta que ese nene o esa nena de dos o tres años se pasa quizás seis horas por día mirando televisión o jugando con el celular que les dan sus papás.

En otras palabras, su problema no es neurológico sino funcional. Por la alta exposición a las pantallas que han tenido desde muy temprana edad son incapaces de dar una respuesta adaptativa a lo que les demanda el ambiente; por su escasa interaccion no generan lo que se conoce como un cerebro pro social”, explica el neurólogo Mauricio Pedersoli.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE