Oportuna vacunación contra el sarampión y la rubéola

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No puede menos que suscitar aceptación la noticia de que será lanzada el primer día de octubre y se extenderá hasta el próximo 30 de noviembre una campaña nacional de seguimiento contra el sarampión y la rubéola, que incluirá la vacunación de todos los niños de entre 13 meses y 4 años de edad. La campaña incluirá, según señalaron autoridades sanitarias nacionales, una dosis adicional, obligatoria y gratuita de vacuna triple viral.

Como bien se sabe, el sarampión había reaparecido en la Argentina hace poco menos de dos décadas, pues se trataba de una enfermedad que no se registraba desde mucho tiempo antes. La detección de algunos casos generó una fuerte inquietud entre los sanitaristas, ya que se trata de una enfermedad altamente contagiosa que podría propagarse a mucha velocidad.

Fuentes médicas explicaron que la iniciativa impulsada ahora apunta a evitar rebrotes de sarampión y rubéola, enfermedades que las autoridades consideran erradicadas del país, gracias a la vigencia del calendario nacional de vacunación gratuita y obligatoria.

Se advirtió, sin embargo, que los virus del sarampión y la rubéola siguen circulando en otros países y la permanente movilidad de personas genera el riesgo de que esas enfermedades vuelvan al territorio argentino, donde en forma esporádica se detectan casos de enfermos que se infectaron en el exterior.

El sarampión es una enfermedad eruptiva febril que puede presentarse en todas las edades, pero es de mayor gravedad en niños menores de 5 años o desnutridos, ya que puede causarles graves complicaciones respiratorias como neumonía; enfermedades del sistema nervioso central, meningoencefalitis, ceguera, entre otras.

La rubéola es una enfermedad viral que puede presentarse en adultos y niños, pero cuando una mujer embarazada susceptible se expone al virus puede llevar a muerte fetal y neonatal. El Síndrome de Rubéola congénita acarrea graves malformaciones en el recién nacido que producen sordera, ceguera y cardiopatías congénitas.

Se ha insistido siempre en esta columna en que resulta trascendente que, además del cumplimiento cabal de los programas de vacunación –acompañados por intensas campañas de concientización- no se registren demoras en las campañas o faltas de vacunas.

Debe confiarse, entonces, que se cumpla con la campaña de vacunación en todo el universo de personas que sea preciso, sin excepciones de ninguna índole. Para ello es importante que se tenga un debido conocimiento en la población de las características de esta enfermedad y que, por ello, a cambio de una incomodidad transitoria, millones de niños puedan verse librados de los graves riesgos para la salud, emergentes de una eventual e indisculpable desatención médica.

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