Allanamiento en el Instituto Próvolo: incautaron elementos que habrían sido usados "para castigo"

Cerca de las 17.30, el operativo de registro que se había iniciado más temprano en el edificio de 25 y 47 llegó a su fin. Además de varas, trascendió que también fueron secuestrados documentos y material informático

Efectivos policiales llevaron adelante este jueves un allanamiento en el Instituto Próvolo de La Plata, en el marco de la investigación por el caso de abuso sexual a chicos sordomudos que concurrieron a ese establecimiento entre las décadas de 1980 y 1990

Según trascendió, el operativo fue instruido por la fiscal platense Cecilia Cordfield, a cargo de la UFIJ 15, especializada en Trata de Personas y Pedofilia, por la "posible comisión de delitos contra la integridad fiscal". 

Durante el procedimiento, personal de la Policía Bonaerense inspeccionó el edificio de 25 y 47, donde funciona una escuela para niños sordos e hipoacúsicos que años atrás habría sido escenario de múltiples casos de abusos sexuales.

De acuerdo a lo informado, el allanamiento buscaba elementos que aporten información a la causa. En horas de la tarde se detalló que habían sido secuestrados biblioratos, carpetas con documentación y certificados médicos desde el año 1987 a la actualidad.

Con el correr de las horas, muy cerca del momento de la finalización del operativo, trascendió que fueron incautados elementos que, según se presume, habrían sido utilizados para castigar a los menores. Se trata de un manojo de varas que habrían sido halladas en un habitáculo al que solo habrían podido entrar autoridades religiosas. 

Además de los peritos, en el operativo también participaron arquitectos que se encargaron de analizar los espacios intentando encontrar, a través de la planimetría, los lugares descritos por los denunciantes en los que habrían tenido lugar los abusos.

La causa judicial data de 2016 cuando comenzaron a conocerse las primeras denuncias por abusos  en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo, en la provincia de Mendoza, y se extendió con las denuncias vertidas en torno a la sede que funciona en La Plata.

En torno a la investigación, Daniel Sgardelis, un hombre de 43 años que vive en Salta y que pasó su adolescencia en la institución platense entre 1982 y 1991, declaró el año pasado en la fiscalía platense que había sufrido golpizas y abusos por parte de sacerdotes, entre ellos Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (57).

Según trascendió por entonces, a partir de una fuente judicial, Sgardelis "era golpeado con un palo, con patadas y fue abusado sexualmente".

Conforme la fuente, informó Télam en su momento, los testimonios "permiten trazar la hipótesis de que existía un plan de selección  de víctimas, ya que había estrategias para captarlas según su edad y vulnerabilidad".

Se detalló además que "a los más chiquitos captaban en el baño, y utilizaban  mayores para introducirlos entre los medianos para que los manosearan y así saber quiénes  podían ser más vulnerables al abuso. En tanto, aquellos que eran resistentes sufrían malos tratos y extrema violencia".

Como se sabe, a Corradi y Corbacho se le endilga haber participado en los abusos en Mendoza, donde hay otras doce personas imputadas, entre estas los curas Jorge Bordón (50) y Armando Gómez (56)

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