Catorce toneladas de tapitas se transformaron en un respirador para el Hospital de Niños

Otro momento emotivo y solidario se vivió ayer en la sede de Funda Core, la Ong que colabora con el área cardiológica del Hospital de Niños. En esta oportunidad, vendieron 14 toneladas de tapitas plásticas para conseguir fondos que permitan completar el pago de un respirador artificial que fue donado en julio pasado al Ludovica.

Desde Funda Core destacaron que “tras otro gran esfuerzo, cargamos un nuevo camión con tapitas para que puedan ser transformadas en fondos que nos permitirán cumplir con el pago de la segunda y última cuota del respirador artificial. El proveedor, la empresa Tecme, nos había dado la posibilidad de pagarlo en dos veces y por suerte pudimos cumplir con este paso que nos permite concretar otro objetivo”, sostuvo su titular Pamela Bonac.

Se trata de un respirador artificial Neumovent de alta complejidad para los servicios de terapia intensiva cardiovascular y cirugía cardiovascular.

A PUNTO DE DESAPARECER

Funda Core estuvo a punto de desaparecer, pero la perseverancia, el esfuerzo mancomunado y la ayuda de distintos sectores de la comunidad permitieron rescatarla.

El año pasado se tuvo que mudar de 62 entre 13 y 14 a 4 y 70, donde desarrollan los distintos emprendimientos que ayudan a realizar gestos solidarios.

Y ahora tienen otra novedad, además de lograr la venta de ayer, mañana se mudan a otra sede, en 55 entre 16 y 17 Nº 1085, donde tendrán un poco más de espacio para llevar a cabo las actividades de recopilación de tapitas, botellas metálicas y otros objetos que luego pueden transformarlos en recursos para comprar equipamiento, hacer trabajos solidarios y llevar a cabo distintas actividades que apuntan a mejorar la calidad de vida de pacientes del área de cardiología del centro de salud de 14 entre 65 y 66.

Funda Core, incluso, había participado de uno de los sueños del “Bailando” -el programa televisivo que conduce Marcelo Tinelli- momento en el que permitió visibilizar aún más la labor que desarrollan en forma voluntaria.

En la Fundación reciben bolsas de todos los tamaños y colores, verifican qué contiene cada una y las donaciones las empacan de manera tal que se puedan ser trasladadas con facilidad.