Temores y presagios sobre el lunes post elección

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Por AMÍLCAR COLLANTE (*)

El punto de partida del próximo gobierno comienza a definirse en la noche del 27 de octubre y, más que nada, el 28 de octubre. El gran riesgo es que ese lunes no se transforme en otro 12 de agosto (12 -A). Es decir, que no vuelva a tener otro cimbronazo la economía como el día posterior a la elección PASO.

Recordemos que el día después de las elecciones primarias el riesgo país pasó de 860 a 1660 puntos básicos, el dólar subió de $45 a $56 y eso trajo aparejado una aceleración de la inflación que llegó al 4 por ciento en agosto y al 5,9 por ciento en el mes de septiembre .

En estos últimos días la información que aportan los candidatos no es completa. Están en “modo campaña” y sus declaraciones no despejan la incertidumbre macroeconómica ni financiera. Más bien lo contrario, ya que no tienen incentivos para decir ni qué van a hacer, ni cómo, ni con quién lo van a llevar acabo. Hay medidas sueltas, nombres, pero nada concreto.

El mercado está inquieto y, obviamente, eso se refleja en el tipo de cambio. En este caso, en el dólar paralelo” o en los tipos de cambios que no son oficiales. La semana pasada subió el “blue” a 67 pesos por dólar.

En tanto el “dólar bolsa “ como el “contado con liquidación” (que es una operatoria que permite mediante compra de bonos con pesos acceder a dólares en el exterior) subieron fuertemente entre 6 por ciento y 8 por ciento y cerraron a a 70 pesos y 74 pesos , respectivamente. Ese nivel de “brechas cambiarias” muestran que hay temores a mayores restricciones cambiarias y mucha incertidumbre política.

EL DÍA DESPUÉS DE CADA ELECCIÓN

Las encuestas de opinión pública en agosto reflejaban un escenario de polarización y paridad entre Juntos por el cambio y el Frente de Todos. Esto generó un “ efecto sorpresa” en el mercado tras conocerse los resultados provisorios en la noche del domingo 11 .

Hoy, teniendo el resultado electoral de las PASO (con tanta diferencia entre Alberto Fernández y Macri) y con las nuevas mediciones de encuestadoras privadas , se descuenta que lo más probable es que se repita ese resultado. No habría efecto sorpresa.

Por otra parte, el lunes 12 de agosto el dólar se disparó a 45 a 56 pesos. Hoy rigen controles de cambio y, en un caso extremo de mayor incertidumbre, podrían endurecerse. Es decir, bajar el tope para atesoramiento a la mitad o un tercio del actual. Esto permitiría un menor drenaje de divisas del Banco Central y un dólar más controlado. El Central viene vendiendo cerca de U$S 85 millones diarios (en octubre) para contener a la cotización del dólar. Esto seguramente tiene su efecto colateral sobre la brecha cambiaria, y se ampliará.

Por su parte los bonos soberanos de Argentina ya han sufrido caídas muy significativa. El riesgo país está en 2000 puntos básicos. El mercado ya descuenta que habrá un reperfilamiento de esos bonos. Nadie compra esos activos teniendo en cuenta la fecha de vencimiento de emisión.

El tema es si se dará un “reperfilamiento” con quitas o sin quitas, cuánto será el plazo extra que se estiran los vencimientos y si habrá algún ajuste en la tasa de interés que pagan. Por ello, no se esperan fuertes caídas como las que se vieron post PASO .

Los candidatos están en “modo campaña” y sus declaraciones no despejan la incertidumbre

 

Sin embargo, la señal más importante el 28-O la tiene que dar la política.

Luego del revés de agosto, la primer reacción que tuvo el oficialismo fue el enojo. Y este fue seguido de improvisación. Que dejó en claro que no había preparado un plan B en caso de un resultado muy adverso.

Si se repite el resultado de las PASO, el próximo 27 de octubre, el oficialismo deberá entrar en la transición política y económica. Su rol será colaborar y coordinar hasta el 10 de diciembre con el equipo de Fernández. Y comenzar a prepararse para ser una oposición seria y responsable a partir del 11 de diciembre.

En tanto la carga de la responsabilidad más importante irá sobre los hombros de Alberto Fernández y su equipo económico. Que rápidamente tendrán que demostrar señales ya sea hacia el mercado y también con el Fondo Monetario Internacional, ya que es el tercer actor relevante en esta transición. Sus declaraciones y las de su equipo afectarán al mercado

Además serán imprescindibles la coordinación y la colaboración, ya que sin contar con “la botonera” de comandos del Banco Central se necesitará una comunicación directa entre el equipo de Alberto Fernández y los actuales funcionarios públicos (especialmente del Banco Central) en las primeras horas de el 28-O para no tener un episodio cambiario que exacerbe la corrida contra el peso.

Porque si se da una comunicación poco fluida, con cortocircuitos, enojos y posturas cerradas en los equipos de Macri y Fernández, traerá un escenario desordenado y muy complejo para Argentina. Donde se puede acelerar más la caída de reservas internacionales o se puede dar un salto más abrupto en el tipo de cambio, acelerando la inflación a niveles muy nocivos para la economía real. Lo que implica un punto de partida muy deteriorado para el próximo gobierno.

En resumen, la mayor parte depende de la política para que 28-O no se parezca al 12-A. Esperemos que los políticos estén a la altura de las circunstancias.

 

(*) Economista UNLP

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