A todo volumen y de madrugada: el ruido no les deja pegar un ojo a vecinos de 51 y 1

Los frentistas aseguran que jueves, viernes y sábado un grupo de jóvenes se instala en la rambla con sus autos, ponen música y alteran todo

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Desde hace varias semanas se incrementaron los niveles de contaminación sonora en las inmediaciones de 51 y 1, donde los vecinos padecen interminables noches de insomnio, alteradas por el ruido de autos en los que ponen música a todo volumen y aturden al barrio.

Cansados de padecer los ruidos molestos, los frentistas aseguraron que ya realizaron reiteradas pedidos para que le pongan freno a esta modalidad que le quita la paz al barrio durante la madrugada, en particular los jueves, viernes y sábados, según plantearon en diálogo con EL DIA. “Venimos soportando esta situación hace tiempo, pero ya no da para más”, relató una vecina, que evitó dar su nombre para no sufrir represalias.

Lo particular, apuntó, es que esta situación se viene repitiendo a apenas unos metros de la sede del Ministerio de Seguridad bonaerense, y de centros de salud donde los pacientes necesitan descanso y tranquilidad, como el Instituto Médico Platense y de una clínica psiquiátrica privada.

La mujer contó que esta práctica comenzó hace ya algunos meses pero se agudizó en las últimas semanas. “Los días jueves, viernes y sábado, alrededor a la 1 de la madrugada, comienzan a llegar autos que se estacionan sobre la rambla de 51 entre 1 y 2. Abren las puertas de sus vehículos y ponen la música a tal volumen que hacen vibrar los vidrios de las viviendas, impidiendo el descanso y alterando la tranquilidad”.

Los vecinos comentaron a este diario que, por noche, son al menos una veintena de vehículos los que estacionan sobre la rambla. “Los que participan de la movida son jóvenes, varones y mujeres. Se bajan, toman alcohol y se van alrededor de las 3, cuando emprenden la retirada todos juntos. Ya es casi un ritual”, describieron.

“Al otro día, cuando amanece, encontramos siempre las botellas y las latas de cerveza tiradas”, comentaron. Agregaron que si bien la modalidad se viene reiterando en los últimos meses, se agravó con la llegada de las temperaturas más agradables, porque “ahora se bajan de los vehículos y permanecen más tiempo”. El ruido que provocan, dijeron, no permite descansar: “Aturden dentro de las viviendas”.

En el barrio especulan con que podría tratarse de integrantes de grupos que antes se reunían a correr picadas en el Bosque, aunque no pudieron precisarlo. Y sobre el accionar de la Policía y los agentes de Control Urbano señalaron que “a veces cuando llamamos al 147 pasan. Los que están en los autos bajan un poco el volumen, pero cuando los agentes se van, lo vuelven a subir. Así siempre”, plantearon. “Esto nos altera la dinámica de las familias y el descanso”, concluyeron.

 

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