Piñera modifica su gabinete, pero siguen las protestas en Chile

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SANTIAGO

Violentos enfrentamientos entre manifestantes y la policía se registraron ayer alrededor de la Casa de Gobierno en Santiago, en el décimo día de un estallido social que ya deja 20 muertos.

Los incidentes, que se concentraron en el centro de Santiago y se repitieron en las ciudades de Valparaíso y Concepción, empezaron a la hora en que el presidente Sebastián Piñera anunciaba cambios en su gabinete y la tensión fue aumentando durante la tarde.

Miles de manifestantes atendieron a convocatorias por redes sociales para protestar frente al palacio de La Moneda, sede de la presidencia, que fue acordonado en un amplio cinturón de seguridad en el centro de Santiago.

Detonaciones de gases lacrimógenos y lemas contra los carabineros -policías- y militares se escucharon en todo el centro, donde también se registró el saqueo de una farmacia en momentos en que aumentaba la tensión.

Piñera removió ayer a ocho ministros, incluido el cuestionado titular de Interior, Andrés Chadwick (que fue reemplazado por Gonzalo Blumel), integrando a su gabinete a una nueva generación de políticos en un intento por acallar las protestas que mantienen una pulseada en las calles. En Hacienda estará Ignacio Briones, de 46 años, que reemplaza a Felipe Larraín, criticado por recomendar “a los románticos” comprar flores cuando en septiembre no hubo inflación y bajó su precio.

En cambio, el mandatario mantuvo al ministro de Defensa, Alberto Espina, cuestionado por la actuación de las fuerzas armadas durante el estado de emergencia que rigió hasta el domingo.

Mientras Piñera anunciaba la renovación de su gabinete -la mayor en sus 20 meses de gobierno- un millar de personas chocaron con la policía delante del palacio presidencial.

“Chile no es el mismo que el que teníamos hace un par de semanas atrás. Chile cambió y el gobierno también tiene que cambiar y enfrentar estos nuevos desafíos y estos nuevos tiempos”, repitió en la jura de los nuevos ministros Piñera, sacudido por el desplome de su popularidad a un 14%.

Este estallido sin precedentes en Chile, el más grave en casi 30 años desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), ha dejado 20 muertos, unos mil heridos y 900 millones de dólares en pérdidas materiales.

Diez días después de su inicio como un movimiento heterogéneo y sin liderazgo identificable, las protestas representan un claro desafío para el reconocido modelo económico de mercado abierto de Chile, donde los manifestantes sin color político exigen un pedazo más grande de la prosperidad que hizo de este país uno de los más estables de América latina. (AFP)

 

 

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