En Líbano, el gobierno cae tras 13 días de furia popular
Edición Impresa | 30 de Octubre de 2019 | 03:47

BEIRUT
El primer ministro libanés Saad Hariri (49) anunció ayer la dimisión de su gobierno en el decimotercer día de una protesta popular inédita en el Líbano, que reclama la salida de toda la clase política.
Su mensaje fue recibido con vivas y aplausos de la muchedumbre, que lo escuchó en directo desde varios puntos de concentración. De inmediato se lanzaron fuegos artificiales en Beirut, mientras autos recorrían la ciudad con bocinazos en señal de victoria.
Las protestas lograron su objetivo. Pero la ira del pueblo se dirige más globalmente al conjunto de la clase política, considerada unánimemente como incompetente y corrupta.
El país está casi paralizado desde hace casi dos semanas debido a los bloqueos de rutas en las principales entradas de Beirut, mientras bancos, escuelas y universidades están cerrados.
Treinta años después de la guerra civil (1975-1990), la población aún sufre escasez crónica de agua y luz. Más de una cuarta parte de la población vive por debajo del umbral de pobreza y el país es uno de los más corruptos del mundo.
Las revueltas estallaron el 17 de octubre luego del anuncio de un impuesto sobre las llamadas telefónicas por WhatsApp. La rápida anulación de la medida no impidió que la revuelta llegara a todo el país. (AFP)
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